La caída de precios del petróleo es el resultado de múltiples factores, entre ellos el bajo crecimiento de la economía global, que demanda menos energía de la prevista; la sobreoferta de petróleo en el mundo y la decisión de la Opep de no restringir su producción, para desencadenar el bajón del precio, eliminar competidores con altos costos de producción y proteger su participación en un mercado competitivo.
Una de las causas de la sobreoferta es la aplicación masiva de la combinación de dos tecnologías maduras: el fracturamiento hidráulico (fracking) y la perforación horizontal. Esta conjunción tecnológica generó un boom -y quizás una burbuja económica- en Norteamérica, que permitió incrementar la producción en Estados Unidos, de 5 millones a más de 9 millones de barriles de petróleo por día en los últimos 6 años.
Esta producción adicional proviene de los shale plays, que son capas de roca de gran extensión, pero de tan pobre calidad que hasta poco antes del 2000 se les consideraba sin valor comercial por su bajísima capacidad de producción de petróleo. En estas formaciones el petróleo se encuentra en poros que están conectados a través de conductos que, a diferencia de rocas de mejor calidad, son diminutos. Por ello la baja permeabilidad de esta roca y la dificultad para extraer el valioso recurso.
Para poder producir este petróleo es necesario inducir la formación de conductos más anchos en la roca alrededor del pozo, que permitan que el petróleo se mueva a través de ellos a mayor velocidad, alcanzando tasas de producción que, a precios altos del crudo, son comercialmente atractivas. Lo que logra el fracking, es justamente crear esos conductos más anchos.
Pero el fracking y la perforación horizontal son costosos. Producir un barril de petróleo de shale plays cuesta entre $ 57 y $ 70 dólares por barril. Es por ello que, de no recuperarse el precio, este año presenciaremos fusiones, adquisiciones e incluso quiebras de pequeñas petroleras cuyos activos están principalmente en estas formaciones.
Andrés Eduardo Mantilla
Director del Instituto Colombiano de Petróleos