La multinacional Nestlé acaba de presentar sus planes de negocios en Colombia y el reporte a la casa matriz en Suiza es de optimismo sobre el mercado. Dentro de esa perspectiva, la compañía firmó con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un convenio de cooperación técnica y un crédito de fomento productivo por 1,5 millones de dólares que beneficia a ganaderos de Caquetá.
El acuerdo fue firmado ayer en Cartagena en el marco de la Asamblea de la Andi, entre el presidente de esa entidad multilateral, Luis Alberto Moreno, y el presidente de la multinacional en Colombia, Javier Texido.
Texido explica los términos del acuerdo con el BID a través del Fondo Multilateral de Inversiones, Fomin, y expone su visión sobre la industria y la economía.
¿En qué consiste el acuerdo con el BID?
El BID nos hace un préstamo de 1,5 millones de dólares, con el cual pretendemos apoyar 100 unidades productoras de leche del Caquetá que forman parte de nuestro grupo de proveedores, a los cuales les compramos diariamente para nuestra planta de Florencia.
Allí tenemos un centro de acopio de 150.000 litros de leche diarios y trabajamos con 1.900 ganaderos. Llevamos 40 años operando en la zona, pese a todas las dificultades, sin interrupción.
¿A qué se dirigen los recursos concretamente?
Tienen dos componentes. El primero, por medio millón de dólares, es para apoyo técnico. Son recursos que no tiene que devolver el ganadero porque es un aporte que le hacemos. Los otros dos tercios se otorgan en calidad de préstamos a 8 años, con tres años de gracia.
¿Cuál es el clima de seguridad en Caquetá?
Sigue siendo complicado, pero no es el peor momento que hemos pasado. Queremos seguir operando ahí porque a través de la estrategia de valor compartido entendemos que generamos un bien a la comunidad por el apoyo técnico, especialmente. Esperamos que esos productores sean realmente empresarios prósperos.
Tras conocerse los resultados del censo rural ¿qué opciones hay para mejorar las condiciones de vida en el campo?
Nosotros trabajamos en el Caquetá y en el Eje Cafetero, para el caso del café. Apoyamos con tecnología y desarrollo técnico. Esta es la forma en que la compañía ayuda a esas comunidades. Creemos que las estrategias de valor compartido que promovemos son de larga duración, un trabajo conjunto con nuestros proveedores que no tiene límites.
¿Qué se puede hacer para que la agroindustria gane protagonismo?
Yo creo que tiene protagonismo. Se puede desarrollar una actividad económica en la que no solo la empresa que la promueve se beneficia, sino toda la comunidad. Es una forma positiva de mostrar que la actividad industrial y sectorial genera un valor añadido.
¿Cuál es su posición sobre el debate en torno a la reactivación de la industria?
A la industria hay que darle las herramientas necesarias para que sea competitiva. Estamos en un mercado global y sustraerse a esa idea es perder tiempo y perder calidad de debate. Se trata de tener una regulación, unas condiciones y unos insumos que sean competitivos a nivel internacional. Complementariamente, el valor añadido que es la transformación de esas materias primas es el esfuerzo que debe estar de nuestro lado. También son necesarios los apoyos para exportar, porque ese debe ser un aspecto importante para el país.
¿Qué tipo de herramientas serían urgentes?
Tenemos limitaciones en cuanto a insumos con unos precios relativamente altos en comparación con países cercanos, y el otro tema es el de la infraestructura. El transporte al interior del país es extremadamente caro. A nosotros nos cuesta más traer un contenedor del Puerto de Buenaventura a una de nuestras fábricas que ese mismo contenedor de China al Puerto de Buenaventura. Está claro que a nivel de competitividad interna perdemos frente a otros países.
¿Cómo les afecta la devaluación?
Los insumos importados nos aumentan en la misma medida en que la moneda se devalúa. También existen insumos que tienen sistemas de protección de precios que nos quedan en valores superiores a los de otros países.
¿A cuáles se refiere?
Al azúcar, por ejemplo. Y en menor medida a la leche. Quizás en su momento eso tuvo sentido. Pero aún hoy proteger a un insumo y que la industria de transformación pague costos más altos que los de sus competidores asumen en Chile o en Perú...
¿El consumidor se ve afectado?
El consumidor recibe un precio final, pero en la conformación de ese precio tenemos ingredientes que se pagan más alto y a él le llega más caro.
¿Cómo ha visto el comportamiento de la economía?
Ha habido una ralentización del crecimiento, e internamente hay un pesimismo sobre lo que está ocurriendo. Pero cuando uno lo ve con más perspectiva, y viendo también el entorno, la economía colombiana sigue creciendo y está en positivo. Otros países hablan de decrecimiento. La economía y la estructura industrial es sana, ha conseguido resistir pese a la caída del principal producto de exportación. Recientemente estuvimos presentando un plan a largo plazo en Suiza y nuestro mensaje es ralentización sí, pero a tasas interesantes.
¿La compañía crecerá este año?
Hemos crecido en los últimos años y lo haremos en este. Vamos a estar por encima del crecimiento ligero que se registre en alimentos y bebidas. Hemos activado una serie de actividades comerciales, estamos apoyando la innovación y eso genera un dinamismo interno.
¿Alguna inversión en Colombia?
Tenemos cinco plantas en el país y en todas hay planes interesantes de inversión para mantenerlas al día, y para el lanzamiento de productos nuevos las líneas se tienen que ir modificando.
¿Cómo están las perspectivas para el 2016?
En la medida en que el precio del petróleo aumente, como dicen los analistas, favorecerá el desarrollo económico de Colombia. Las perspectivas son positivas y optimistas.
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Cartagena