El saldo del comercio exterior terminó el 2014 en rojo, a juzgar por el flojo desempeño de las exportaciones colombianas, al tiempo que las compras al exterior siguieron creciendo.
Las cifras con precisión se conocerán esta semana, cuando el Dane revele los datos correspondientes a despachos al exterior, importaciones y balanza comercial de diciembre, y, por ende, de todo el año.
De todas formas, la información que se conoce hasta ahora da cuenta de un deterioro fuerte en la balanza del país. Por un lado, las exportaciones retrocedieron, lo cual está sustentado en la disminución de los despachos de petróleo, golpeados principalmente por el factor precio. Esta situación también ha afectado a otras materias primas que exporta el país.
Aun así, no se puede perder de vista que hay productos con mayor valor agregado que siguen aumentando sus envíos a otros mercados, en particular confecciones, productos agroindustriales y otras manufacturas.
Desde el punto de vista de las importaciones, Colombia sigue demandando distintos tipos de productos, que incluyen bienes de capital, materias primas e insumos y artículos de consumo.
La gran mayoría de las compras corresponde a productos que no se consiguen en el mercado local, en su mayoría maquinaria que necesitan las empresas en sus procesos productivos, gasolina que no está produciendo el país y en general insumos para las fábricas.
Estos dos elementos han presionado un desequilibrio fuerte en la balanza comercial del país, que habría cerrado con un saldo en rojo de alrededor de 5.000 millones de dólares. Parte de este descuadre tiene que ver con que es más lo que se compra que lo que se les vende a China y México. Pero a esta lista se sumó Estados Unidos, en particular porque ha reducido su demanda de petróleo.