Los analistas tenían relativamente claro desde hace rato que el dato de la inflación en julio mostraría un alivio significativo, por cuenta de varios factores. El más evidente es que la senda de los aumentos de precios es mucho menos empinada, especialmente después de que el rendimiento de las cosechas volvió a comportarse bien, una vez el clima volvió a sus parámetros normales.
Sin embargo, los especialistas no habían olvidado que el paro de transportadores de hace un año había hecho más escasa la oferta de diversos productos en el principales centros urbanos, comenzando por los alimentos. Como esa anomalía desapareció del horizonte, la expectativa era que ello se tradujera en la marcha de la canasta familiar.
Aun así, pocos esperaban un retroceso en el índice que elabora el Dane. De acuerdo con la entidad, los precios cayeron en 0,05 por ciento en el séptimo mes del calendario, una corrección menor, pero que contrasta con el medio punto porcentual de incremento visto en el mismo lapso del 2016.
Debido a esa circunstancia, el acumulado anual va en 3,4 por ciento, un dato cercano al punto medio del rango fijado como meta de largo plazo por el Banco de la República. No hay duda de que el equipo económico del Gobierno suspiró aliviado, pues una menor velocidad de la carestía sirve para que la capacidad adquisitiva de millones de hogares aumente en términos reales, algo que podría darle una mano al comportamiento de la demanda interna.
También hay que agregar a lo anterior que ahora es mayor el espacio para que las tasas de interés continúen descendiendo. Aunque la ventana de los recortes empieza a cerrarse los expertos dicen que sube la probabilidad de que el Emisor lleve el costo de sus fondos al 5 por ciento anual, un bajón que eventualmente se les transmitirá a quienes tienen deudas con el sector financiero.
Por supuesto, todos tienen claro que habrá que mantener la rienda corta. Y es que a partir de agosto debería comenzarse a ver cierta aceleración en la marcha de los precios por cuenta de un efecto comparativo, pues es difícil que los alimentos sigan bajando, mientras que otras inercias persisten. A pesar de ello, los peores temores quedaron atrás, gracias a lo cual un dolor de cabeza reciente desapareció para las autoridades, por lo menos en este frente.
ricavi@portafolio.co
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brújula
Alivios de julio
Los analistas tenían relativamente claro desde hace rato que el dato de la inflación en julio mostraría un alivio significativo.
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Ricardo Ávila
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