Los resultados de la encuesta de opinión financiera que elaboran en conjunto Fedesarrollo y la Bolsa de Valores de Colombia muestran que las expectativas de los analistas no variaron de manera sustancial en junio. En general, existe la creencia mayoritaria de que las cosas están mejorando algo, en lo que atañe a la marcha de la economía, y que el futuro inmediato apunta a una relativa estabilidad en otros frentes importantes.
Para comenzar, el crecimiento del Producto Interno Bruto durante el segundo trimestre del 2018 sería de 2,4 por ciento, un dato cuyo ritmo se aceleraría en la última mitad del calendario hasta llegar a 2,5 por ciento anual. En el 2019 el avance sería de 3,1 por ciento.
Por su parte, la inflación mostraría cierta tendencia al alza, aunque sin alejarse demasiado del punto medio del rango fijado por el Banco de la República como meta de largo plazo, que está entre 2 y 4 por ciento anual. Así, el incremento en el índice de precios al consumidor cerraría en 3,2 en junio y subiría al 3,3 por ciento anual al finalizar diciembre.
Tampoco se ven grandes sobresaltos en el frente cambiario. A pesar de que la presión internacional es mayor y el Banco de la Reserva Federal subió sus tipos de interés, el dólar oscilaría entre 2.850 y 2.935 pesos en los próximos tres meses. Al terminar el año, el billete verde se ubicaría en 2.900 pesos, muy cerca de su nivel actual.
Quizás la variación más notoria se daría en los títulos de deuda en pesos: si en la encuesta pasada el 66 por ciento de los interrogados pronosticó que el rendimiento de los bonos de tesorería (TES) pasaría del 6 por ciento anual para los que vencen en el 2024, ahora la proporción saltó al 92 por ciento.
El motivo de que el pronóstico sea un poco más sombrío –que también se extiende al mercado accionario– es el entorno global. Tanto aquí como en los principales mercados de valores aumentan los temores sobre la guerra comercial que impulsa Donald Trump, y sus efectos sobre países como Colombia.