Los optimistas hablaban de 70 dólares el barril. Por tal motivo, ver el crudo a 75 dólares –en el caso de la variedad Brent– sobrepasa los cálculos que se hacían unas semanas atrás con respecto al rumbo del mercado de los hidrocarburos. Las cotizaciones alcanzadas ayer, son casi 50 por ciento superiores a las correspondientes a esta época del 2017.
Como consecuencia, los exportadores del crudo están de plácemes, aunque Colombia se enfrenta al escenario de un peso revaluado que viene acompañado de otros dolores de cabeza. La expresión más clara de la nueva realidad se ve en la acción de Ecopetrol, que ayer llegó a 3.030 pesos con un avance del 3,2 por ciento en la jornada.
Las causas de los mayores precios son varias. Para comenzar, están las limitaciones a la oferta que, en la práctica, han sacado cerca de 1,8 millones de barriles diarios del mercado, desde el año pasado. Esa menor disponibilidad se combina con una economía mundial que anda bien y demanda ahora más hidrocarburos que antes, lo cual acaba con el frágil equilibrio de épocas recientes.
Los factores geopolíticos pesan en la ecuación y son los que explican la reciente oleada de alzas. Son conocidos los temores tras el ataque a Siria por parte de las fuerzas aliadas la semana pasada, lo cual podría afectar el suministro del Medio Oriente. A lo anterior se suma la posibilidad de que Irán vuelva a ser objeto de sanciones, lo cual ocasionaría escasez. Para colmo, el derrumbe de la producción venezolana es inquietante, pues los reportes hablan de 1,5 millones de barriles diarios, menos de la mitad que en sus época doradas.
Por tal motivo, los excedentes de antes ahora pueden volverse faltantes. Y aunque Estados Unidos aumentó su capacidad de extracción por cuenta de los yacimientos de esquisto, el incremento no compensa la reducción en otras latitudes. Tanto, que cada vez hay más apetito por los contratos de futuros a 80 dólares el barril. El escenario que hace poco era impensable, ahora es posible.