Aquello que se conoce como el factor sorpresa volvió a aparecer el viernes, cuando la junta directiva del Banco de la República anunció que había decidido aumentar en medio punto porcentual la tasa de interés que les cobra a los intermediarios financieros por darles liquidez temporal. A partir de la fecha, el costo de esos recursos queda en 7 por ciento anual, hasta nuevo aviso.
La justificación del incremento –que duplica las apuestas que hacían los analistas– es la persistente senda alcista de la inflación, que en marzo bordeó el 8 por ciento anual.
Aunque el Emisor sostiene que el fenómeno de subidas excesivas en el índice de precios tiene un carácter temporal, reconoce que tomará más tiempo que las cosas vuelvan a su cauce, pues solo hasta el 2017 sería posible acercarse a la meta establecida, de entre 2 y 4 por ciento por año.
Debido a lo anterior, la entidad no tuvo otra opción que tensar la rienda. De lo que se trata es de enviar un mensaje en el sentido de que se darán tantas vueltas de tuerca como sean necesarias para que la carestía no se desboque.
Ante lo ocurrido, los observadores empiezan a debatir cuál será la siguiente movida de las autoridades monetarias. Para quienes saben de estas cosas, todo depende de la evolución de la canasta familiar en abril, un dato que se conocerá esta semana. Los optimistas confían en que el retorno paulatino de las lluvias y la menor devaluación del peso alivien las presiones, si bien puede ser temprano para que el respiro se note.
Sea como sea, el endurecimiento de la política que impulsa el Banco podría sentirse sobre el ritmo de la economía. De hecho, en sus proyecciones la institución rebajó ligeramente su pronóstico de crecimiento para el 2016, ubicándolo en el 2,5 por ciento.
Tal escenario, por cierto, hace más difícil que mejore la realidad del empleo, cuyo parte volvió a ser inquietante en marzo. Ante la disyuntiva de estimular la actividad productiva o defender el poder adquisitivo de la moneda, el Emisor optó por la última opción que es su mandato constitucional.
No obstante, es contundente el mensaje de que se seguirán monitoreando diferentes variables. Dependiendo del comportamiento de unas y otras, podría darse un giro, pero eso no sucederá hasta tanto el complejo panorama de las alzas se despeje. Y eso todavía no ocurre.
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Ricardo Ávila
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