A primera vista, la foto de la inversión extranjera en lo que va del año no es muy halagüeña. Según los datos de la balanza cambiaria, que elabora el Banco de la República, hasta el pasado 8 de abril se habían recibido 2.343 millones de dólares, cerca de la mitad de lo ingresado en el 2014 y 38 por ciento menos que en el 2015.
La gran responsabilidad de esa descolgada le corresponde al ramo de hidrocarburos y minería, que está de capa caída. El bajón en esas entradas es de unos 1.700 millones de dólares, en comparación con el acumulado de un año atrás.
De hecho, al paso que van las cosas, no está lejano el día en que las demás actividades se conviertan en el principal destino de los capitales foráneos. Para ponerlo en contexto, si lo usual durante el lustro pasado es que los recursos destinados a petróleo y demás ramos extractivos tuvieran un peso de más del 80 por ciento, ahora esa proporción va en 57 por ciento, y descendiendo.
No menos significativo es que el país es todavía un sitio atractivo para inversionistas en áreas como el sector financiero, la industria, las telecomunicaciones o la infraestructura.
El monto registrado, de 1.008 millones de dólares en las primeras 13 semanas del 2016, es el más elevado en años, desde cuando se hicieron transacciones importantes. Vale la pena anotar que la venta de Isagen no parece formar parte de dichas estadísticas todavía.
Por otra parte, los fondos para compra de papeles están de regreso. Cuando las circunstancias de la economía mundial elevaron el perfil de riesgo de las naciones emergentes, uno de los temores era que el dinero de afuera no volviera a arribar o, peor aún, que lo ya recibido se fuera.
Y si bien las cosas no se equiparan con el auge visto en el 2014 cuando los TES se convirtieron en una opción apetecible, las cifras actuales son muy parecidas a las del 2015. Ahora que la bolsa colombiana muestra rendimientos interesantes y que el diferencial en tasas de interés hace los títulos locales muy atractivos, es posible que esa tendencia siga.
Por tal razón, no hay motivo para hacer sonar las alarmas. Teniendo en cuenta el desequilibrio de las cuentas externas, ese es un parte de tranquilidad importante. Solo falta que las autoridades hagan su tarea, para evitar que entre los inversionistas cunda el nerviosismo.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
@ravilapinto
brújula
Aún somos atractivos
No hay motivo para hacer sonar las alarmas. Teniendo en cuenta el desequilibrio de las cuentas externas, ese es un parte de tranquilidad importante.
POR:
Ricardo Ávila
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
1
1418
Finanzas
La condición que puso Minhacienda para bajar el umbral de cotización en la pensional
4
1041
Empresas
El país donde McDonald's cerró todos sus locales y las razones detrás de su decisión
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
día a día
Lunes
martes
Miércoles
jueves
viernes
Camilo Sánchez
Inconveniente humo constituyente
Nuestra responsabilidad histórica está en evitar que cantos de sirena sigan dividiendo al país.
María Sol Navia V.
¿Ha logrado la mujer superar barreras?
Otros Columnistas
Importancia del agua en agenda empresarial
Gonzalo Gallo González
Shoganai - Gamán
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Camilo Herrera Mora
Fundador de Raddar
Críticos
Victor Muñoz
Emprendedor, investigador, analista
Rumbo al Armagedón en el 2026
Rodrigo Villamizar
Director Electra CDP
Colisión de tarifas e importación de gas: una bola de nieve social
La gente demanda es que bajen los precios de la electricidad que consumen.
Ricardo Santamaría
Analista
Hay María Corina para rato
La historia de estas elecciones en Venezuela es que quizás nunca lleguen a realizarse.
Cristina Vélez
Decana Escuela de Administración, Universidad Eafit