Dada la época decembrina, resulta obvio decir que la noticia del viernes, según la cual el Gobierno y los estudiantes y profesores de las universidades públicas llegaron a un acuerdo, equivale a un regalo de Navidad anticipada. Tras numerosas jornadas de negociación, se supera el que había sido el principal desafío de la administración Duque en estos cuatro meses largos de mandato.
La resolución le concierne no solo a los miles de alumnos que se exponían a la pérdida del semestre académico –que será completado a comienzos del año que viene–, sino al público en general que se vio afectado por numerosas manifestaciones en las principales ciudades. Aunque esporádicos, los actos violentos y los choques con las fuerzas de seguridad, volvieron a verse, pues siempre hay interesados en pescar en río revuelto.
Ahora la etapa que viene no será menos compleja. Esta consiste en el cumplimiento del documento suscrito en la Casa de Nariño, que incluye aumentos presupuestales que superan con creces el índice de inflación. Según las cuentas oficiales, la inyección de dinero adicional superará los 4,5 billones de pesos hasta el 2022, con lo cual comienza a pagarse la que se ha denominado como una deuda histórica con la educación superior.
Una parte importante de los fondos extra se dedicará a mejoras en infraestructura, mientras que otra irá para planes de bienestar, recursos humanos y capacidad investigativa. Lo sucedido ratifica el mensaje de que las universidades públicas son parte fundamental de la política estatal, con lo cual su supuesto marchitamiento no sucederá.
Sin embargo, es absolutamente clave que los recursos en cuestión se gasten de manera eficiente, a sabiendas de que el esfuerzo presupuestal realizado implica que otros ramos verán recortadas sus aspiraciones. Puesto de otra manera, el derecho de una enseñanza de calidad debe venir acompañado del deber de una buena gestión administrativa. Ello quiere decir que la autonomía universitaria no es un cheque en blanco, sino un compromiso de responsabilidad con los recursos públicos.
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