Ahora que el dólar cercano a los 2.700 pesos parece haberse vuelto la norma en el mercado cambiario, los inversionistas y el sector empresarial comienzan a hacer cuentas sobre cómo moverse en un escenario que es diferente del que preveía a comienzos del año. Aunque la realidad económica se acerca a la esperada, hay una variación en los precios relativos de ciertos activos que le interesa a quien desea endeudarse o hacer rentar más su dinero.
Que las condiciones son distintas ahora, es algo que se ve en la bolsa de valores. Más allá de los altibajos propios del segmento, las acciones volvieron a subir de precio así no superen aún los máximos registrados en el 2018. Para decirlo con claridad, no solo el título de Ecopetrol muestra tendencia alcista, un motivo por el cual índice Colcap volvió al terreno de los rendimientos positivos.
Al mismo tiempo, la rentabilidad de los bonos de Tesorería en el mercado secundario muestra tendencia a la baja y ya se ubica por debajo del 6 por ciento anual, en el caso de los papeles con vencimiento en el 2024. Así no falte quien se pregunte por la sostenibilidad de las finanzas públicas y la dificultad de mantener el déficit fiscal entre los parámetros establecidos, la verdad es que el apetito de los compradores de TES sigue siendo saludable.
Por otra parte, vale la pena preguntarse qué va a suceder con las emisiones programadas de bonos empresariales denominados en pesos. Aunque la prudencia señalaba hasta hace poco que lo más conveniente era tener obligaciones financieras en moneda nacional, ahora es evidente que la revaluación del peso abarata el costo del endeudamiento externo.
Las variaciones que se apartan radicalmente del escenario que parecía más posible en enero, han llevado a muchos a volver a examinar sus estrategias. Aun así, lo que nadie sabe es si esta apreciación de la moneda es temporal o permanente.
Debido a ello, quien desee recomponer la manera en que maneja la liquidez o las necesidades de caja, debe saber que la volatilidad es la norma todavía. Y que lo que por agua viene, a lo mejor por agua se va.