No pasaron por alto los analistas el reporte entregado por el Dane el viernes, referido al comportamiento de las importaciones al cierre del 2016. Según la entidad, las compras del país tuvieron una reducción del 17 por ciento el año pasado, explicada por un retroceso en la adquisición de artículos de consumo, materias primas y bienes de capital, incluyendo equipo de transporte.
En términos generales, el bajón refleja la pérdida de dinámica de una economía que ahora anda a ritmo lento. Los efectos del alza en la tasa de cambio también se siguieron sintiendo en la disposición a traer productos foráneos, mientras que la entrada en operación de la refinería de Ecopetrol en Cartagena se sintió sobre la demanda de combustibles, que ahora se puede abastecer internamente, en mayor grado.
Sin embargo, tal vez el número que más les interesaba a los observadores internos era el saldo en la balanza comercial, que es el responsable del gran desequilibrio que muestra el país en sus cuentas externas. A este respecto, las noticias acabaron siendo mejores de lo que se pensaba inicialmente, pues la brecha se ubicó en 11.804 millones de dólares, 4.103 millones menos que lo registrado en el 2015.
El agujero es todavía notable, en todo caso. Aunque las comparaciones son odiosas, no faltan aquellos que señalan que otras naciones del área que tenían un problema similar lograron solucionarlo con mucha mayor rapidez, como fue el caso de Brasil.
No obstante, la expectativa de los expertos es que en el 2017 se logre dar otro paso en el mismo sentido. El grupo Bancolombia, por ejemplo, le apuesta a un faltante de 9.000 millones de dólares en el 2017.
Tal proyección tiene como sustento el aumento en los precios del petróleo, que incidirá sobre el valor de nuestras exportaciones de crudo. La buena marcha de la minería también serviría para que las ventas a otros mercados muestren una recuperación que podría ser superior al 12 por ciento.
Si eso es así, es algo que solo el tiempo dirá. En el intermedio, la luz de alarma que se había encendido ante el descuadre de la cuentas externas bajó su intensidad. De ahí viene la relativa tranquilidad que se observa en el terreno cambiario, el cual responde a una menor percepción de riesgo por cuenta de un ajuste que sigue su marcha.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
@ravilapinto
brújula
Un ajuste que sigue
El bajón en las importaciones refleja la pérdida de dinámica de una economía que ahora anda a ritmo lento.
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Ricardo Ávila
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