La Capital de la República no aguanta más improvisaciones. La actual Alcaldía, en cabeza del Polo Democrático y Samuel Moreno, deja a la ciudad en mal momento. Moreno fue elegido con la bandera de construir el metro, y a la fecha, ni siquiera tenemos los estudios de factibilidad financiera, porque quien los financia, el Banco Mundial, suspendió los contratos respectivos porque no ve claridad en el proceso.
Increíble: más de tres años de administración, y del metro, ni estudios, ni diseños. Nada.
El mal Gobierno es hijo de la improvisación, de la falta de visión, de no saber qué hacer y para dónde ir. Sorprende también la actitud del Polo Democrático en la decisión de elaborar la terna para reemplazar al suspendido alcalde Moreno.
El criterio para conformarla fue la milimetría política al interior de la colectividad y no la necesidad de darle confianza a los ciudadanos. Inconcebible: en medio de la crisis más grande que ha vivido la ciudad, en décadas, el partido que está en el poder no es capaz de mirar más allá de sus propios ombligos.
Esperamos de las autoridades agilidad y justicia en las investigaciones de corrupción en curso. Y del Polo ya no esperamos nada.
Hay que poner la vista en las elecciones de octubre y en el Alcalde que vamos a elegir.
Creo que el criterio esencial es no más improvisación. Un alcalde con experiencia en gobernar más que en hacer política. Uno que tenga visión clara de ciudad, honesto e independiente.
Es curioso, pero a nivel de alcaldías, la crisis de los partidos políticos es más fuerte. Estas colectividades significan poco o nada a ojos de los ciudadanos. Ni conservadores, ni liberales, de ‘la U’ o del Polo. Son un lastre más que un apoyo.
Hoy, lo que cuentan son las personas, los dirigentes, su hoja de vida, su carácter. Mi elección desde ya es por Enrique Peñalosa: con o sin Partido Verde, con o sin partido de ‘la U’ o respaldo de Álvaro Uribe. Todo eso es secundario y, en algunos casos, inconveniente.
Es un mito que los bogotanos estamos esperando el guiño de algún ex presidente para votar por nuestro alcalde. Quién crea eso, se equivoca. Lo que estamos esperando es alguien independiente y serio que trabaje con honestidad y eficiencia. David Luna, Carlos Fernando Galán y Gina Parodi son excelentes nombres de alcaldes para el futuro.
El desafío de Peñalosa en este momento es salirse de las discusiones de mecánica política, apoyos de partidos y coaliciones.
Eso le hace daño. Debe sacudirse, alejarse de la política tradicional (y la politiquería) y darle paso a sus ideas.
Mostrar la visión de ciudad que tiene, las soluciones que propone. Transmitir por qué quiere ser alcalde hoy y ahora. Su fuerza está en lo que es como persona, como gobernante, no en quiénes los respaldan. Está a tiempo de sacudirse de todo eso y hacer una campaña ganadora para la ciudad.