Las perspectivas económicas de Colombia se vienen deteriorando como resultado del entorno económico internacional y, en particular, por la caída de los precios del petróleo. Ello se refleja en las encuestas de opinión de confianza industrial y del comercio recogidas y tabuladas por Fedesarrollo. Igualmente, en los indicadores económicos de crecimiento, inflación, fiscales y externos del país.
Según los sondeos de Fedesarrollo, en abril la confianza industrial disminuyó respecto al mes anterior y frente al mismo periodo del 2014. El Índice de Confianza Industrial está conformado por tres componentes: el volumen actual de pedidos, el nivel de existencias y las expectativas de producción para los próximos tres meses. Frente a abril del 2014, la disminución en la confianza de los industriales obedeció a un deterioro en los tres componentes, particularmente, en el de volumen actual de pedidos.
Por su parte, el Índice de Confianza Comercial mostró también una caída tanto en la comparación anual, como mensual. Con el resultado del abril, la confianza de los comerciantes completó tres meses consecutivos de descenso. El Índice de Confianza combina la percepción de la situación económica actual de la empresa o negocio, el nivel de existencias y las expectativas sobre la situación económica para el próximo semestre. La reducción en la confianza de los comerciantes respecto a abril del 2014 se explica por un deterioro en los tres componentes.
Respecto a los indicadores económicos, la realidad es que los pronósticos de crecimiento de la economía para el 2015 han venido registrando sucesivas correcciones a la baja. Se estima, por parte de los analistas, que la tasa anual de aumento del Producto Interno Bruto (PIB) se situará un poco por encima del 3 por ciento anual, que es un ritmo de crecimiento relativamente satisfactorio en bases comparativas internacionales.
Con relación a la inflación, se observa que esta se ha situado de manera transitoria, y principalmente por las alzas en los precios de los alimentos por fuera del rango establecido por el Banco de la República, pero que en el curso del segundo semestre se dará una corrección.
Del lado fiscal, también se registra un crecimiento menor de los recaudos frente a lo originalmente esperado en virtud del menor crecimiento de la economía y de los menores ingresos del Gobierno por la actividad petrolera, pero se asegura que se cumplirá la regla fiscal. Quizás, el indicador que se ha visto más afectado es el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que se sitúa en niveles cercanos al 6 por ciento del PIB, y es el más alto entre los países de América Latina. Aquí la tranquilidad subyace en que Colombia tiene un régimen de tasa de cambio flexible que se espera estimule otras exportaciones y limite las importaciones, pero también da confianza el nivel de las reservas internacionales y el buen acceso del país al financiamiento internacional.
No obstante dichos resultados, los dictámenes del Ministro de Hacienda, del Banco de la República y los provenientes tanto de los organismos multilaterales de crédito, como los de los expertos financieros internacionales dan un parte de tranquilidad en el sentido de que, si bien es cierto que Colombia está recibiendo el impacto negativo del choque petrolero, las políticas de respuesta de las autoridades están en la dirección correcta y la situación económica se encuentra bajo control.
Roberto Junguito
Exministro de Hacienda
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