El expresidente Andrés Pastrana y algunos de sus colaboradores, con el apoyo de Carlos Caballero y Diego Pizano, como editores, acaban de hacer público el libro Punto de inflexión: decisiones que rescataron el futuro de Colombia. Es una excelente obra que contribuye a la historia colombiana y refleja de manera transparente y profesional las dificultades que enfrentó el Gobierno Pastrana, tanto en la órbita económica y social, como en la de seguridad nacional, así como las políticas que se adoptaron para hacer frente a estos aprietos. Tiene tres grandes ejes: los esfuerzos en la búsqueda de la paz, las políticas sectoriales y el propiamente económico y social.
La opinión en Colombia relaciona la administración Pastrana con los diálogos en el Caguán, pero no es consciente que esta tuvo que enfrentar la crisis económica de fin de siglo, que fue más severa que la ocurrida durante la Gran Depresión de los años 30. No tiene conciencia, que a los pocos días de la posesión del presidente Pastrana sobrevino la declaración de la moratoria de la deuda externa de Rusia que desató una profunda crisis económica y financiera internacional. Juan Camilo Restrepo, ministro de Hacienda al inicio de la administración Pastrana, resalta, al respecto, en su artículo: ‘El año de 1999 pasará a la historia como el peor de América Latina en la década de los 90’.
Colombia no fue la excepción, pues aquí se presentaron simultáneamente las crisis financiera, cambiaria, fiscal (social, por el alto desempleo y el empobrecimiento), de vivienda y energética. Todo esto en un país sujeto a una inmensa inseguridad interna que exacerbaba los problemas económicos y sociales, y que obligaba al Gobierno a dirigir ingentes recursos al fortalecimiento de sus fuerzas armadas. Una situación de tal naturaleza y gravedad exigió la adopción de una estrategia integral de respuestas de política de gran envergadura en los frentes de la paz, la política internacional, el fortalecimiento de las fuerzas armadas, las políticas sociales, económica y sectoriales como la vivienda y energía, las cuales se analizan en el libro por parte de los actores encargados de resolverlas.
Sobre la crisis financiera de 1998, el ministro Restrepo anota que “es la más seria en la historia financiera del país”, y enfatiza que la política del Gobierno no fue salvar banqueros, ni “socializar las pérdidas”, sino preservar seguridades para los ahorradores y el funcionamiento del sistema de pagos. Respecto a la situación cambiaria, resalta la revaluación y el ataque a las bandas cambiarias con pérdidas de reservas, así como su eliminación y la adopción del régimen de cambio flexible que rige actualmente. Sobre la problemática tributaria, resalta el déficit del Gobierno y los problemas fiscales territoriales.
Con relación a los indicadores sociales, Juan Carlos Echeverry discute los problemas de un desempleo en ascenso, familias de clase media en mora y perdiendo sus viviendas, y de trabajadores perdiendo sus empleos. Mauricio Cárdenas detalla la red de protección social, Jaime Ruiz, la importancia del Plan Colombia, y Eduardo Pizano las medidas frente a la crisis del Upac. El presidente Pastrana argumenta que la clave del éxito para solucionar las crisis fue la adopción de políticas que cimentaran de nuevo la confianza del país en sus instituciones. Se quedó entre el tintero el artículo del entonces ministro Juan Manual Santos.
Roberto Junguito
Exministro de Hacienda
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