El tema de la política agropecuaria y el desarrollo rural es uno de los de mayor prioridad para la segunda administración del presidente Santos. El nuevo Ministro de Agricultura tendrá que abordar los retos que le plantea la agenda de la paz en Cuba, en términos del acceso de la tierra a los campesinos y el compromiso de desarrollar la Estrategia de Desarrollo Rural Integral.
Asimismo, deberá escuchar los planteamientos y preocupaciones de los organismos gremiales como la SAC y Fedegan y de los sectores campesinos. También, le compete entrar a modificar la política comercial para la agricultura buscando una mayor apertura frente a los mercados externos y menor protección arancelaria y para-arancelaria.
Un reto muy particular, en lo que en un editorial reciente Portafolio ha titulado, ‘De su propia medicina’, es el hecho de que el Ministro tendrá que entrar a reformar la estructura de apoyos y subsidios a los agricultores, negociados por él mismo cuando fue Ministro del Interior.
De acuerdo con los especialistas, en Colombia se deben marchitar los apoyos directos, limitándolos al pequeño campesino por circunstancias especiales y con carácter de corto plazo y proveer, de manera más extendida, bienes públicos para el agro, representados en mayores esfuerzos de investigación de variedades y asistencia técnica, así como provisión de vías de comunicación, irrigación y mayor acceso de la población rural a educación, salud y seguridad social.
Además, el Ministro deberá enfrentar las vicisitudes que surgen en la zona rural y en la producción agrícola a raíz del fenómeno de El Niño y adoptar medidas más estructurales dirigidas a poner en marcha un seguro agrícola extendido entre todos los agricultores y ganaderos, grandes y pequeños, que estén en capacidad de amparar los perjuicios generados por lluvias, avalanchas, sequías, vientos fuertes, heladas y granizo.
Su organización institucional depende del Ministerio de Agricultura, el cual establece el subsidio a la prima, que actualmente puede ser hasta del 60 por ciento, y que se adopta teniendo en cuenta el tipo de cultivo y actividad pecuaria. A pesar del apoyo a las primas, la penetración del seguro agropecuario en Colombia sigue siendo baja.
Estas políticas exigirán una profunda reforma al funcionamiento, profesionalismo y efectividad del Ministerio de Agricultura. Para establecer su estrategia, el Ministro deberá analizar los estudios de Fedesarrollo sobre la política agropecuaria y los que la Misión Rural viene preparando sobre la agricultura y el desarrollo rural. De igual forma, el exclusivo club de la Ocde, al cual aspira ingresar Colombia, viene haciendo lo propio. Entre los temas sobre los cuales prepara recomendaciones este organismo se incluye el sistema de tenencia de la tierra, su formalización, la restitución de tierras, su redistribución, las reformas institucionales, los retos presupuestales, la infraestructura rural, las medidas comerciales, la política de crédito y la innovación y la productividad. Todos estos estudios y asuntos resaltan la prioridad del tema agrícola y el desarrollo rural, así como su complejidad e importancia.
El nuevo Ministro de Agricultura, por lo tanto, tiene mucho material que estudiar antes de decidir sobre estas materias. Su experiencia política, como lo ha resaltado la prensa, es importante y quizás necesaria para su buen desempeño en esa cartera, pero claramente no es suficiente.
Roberto Junguito
Exministro de Hacienda
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