A propósito de las elecciones del próximo domingo, las ciudades son pieza fundamental para mantener la confianza de los colombianos, impulsar la economía y mantener el consumo y la inversión. Probablemente, no hay un solo candidato que no tenga en el capítulo económico de su plan de gobierno el propósito de generar empleo e incentivar la inversión.
Conscientes de esto o no, los próximos mandatarios locales tienen corresponsabilidad con la sostenibilidad macroeconómica, y es que en su misión recaen, más allá de los problemas de gestión urbana y social de los municipios, la materialización de iniciativas del Gobierno Nacional, que buscan, entre otros, balancear el panorama económico ante el actual contexto internacional y las perspectivas de crecimiento.
La pregunta es ¿cómo losnuevos alcaldes piensan aumentar la ocupación en sus regiones y estimular la inversión? La respuesta puede no ser única y dependerá de la creatividad y poder ejecutivo de cada burgomaestre. Sin embargo, en aras de poner a marchar las ciudades y tener avances en empleo e inversión, el Gobierno les ha puesto una herramienta en bandeja de plata: estímulos a la construcción y programas de vivienda social.
Derivados de la política de vivienda y del Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe 2.0), hay más de 360.000 subsidios disponibles en las regiones para la compra de vivienda. Si a esto se suman los dos millones de metros cuadrados en colegios que se construirán con el Plan Nacional de Infraestructura Educativa y la inversión en vivienda de recreo, que se da en los corredores turísticos del país, se abre un abanico de oportunidades para los nuevos alcaldes.
Algunas cifras para tener en cuenta. En materia de empleo, la ocupación en la construcción y en actividades inmobiliarias representa el 14 por ciento de los puestos de trabajo; y en las ciudades, dos de cada diez colombianos que buscan trabajo tienen experiencia en el sector edificador. Esto describe el potencial del ramo para sostener la ocupación y generar empleo, alineado con la experiencia laboral de la población económicamente activa.
Además, los alcaldes deberían saber que, seguido por la construcción de obras civiles, la inversión en edificaciones es el segundo rubro de mayor relevancia del país, con 24 por ciento. En términos de consumo, las viviendas en proceso constructivo son multiplicador para la demanda de materiales en 29 sectores productivos, y una vez habitadas se convierten en una fuente para las ventas del ramo comercial en las líneas de muebles, acabados, decoraciones, electrodomésticos, etc. A esto hay que agregar que el impuesto predial representa cerca de un tercio del recaudo anual de los municipios, y para 479 de ellos es la principal fuente de ingresos.
Entonces, si las regiones quieren aprovechar el terreno abonado por el Gobierno Nacional en el sector, el trabajo de los nuevos mandatarios locales será sembrar la semilla en cada ciudad. Con las decisiones administrativas que movilicen la oferta de suelo urbanizable, permitan realizar las inversiones en servicios públicos y brinden estabilidad jurídica al sector privado, los frutos en materia de inversión, consumo y empleo serán victorias tempranas para las nuevas administraciones, y para el país, un motor de estabilidad macroeconómica.
Sandra Forero Ramírez
Presidenta de Camacol