Como en todos los años, la más reciente versión del reality montado por empresarios, trabajadores y gobierno, es decir la famosa ‘puja’ por el ajuste del salario mínimo de los colombianos, fue titánica y controvertida. Al final, humo blanco: 43.525 pesos de incremento. Lo que vale un ‘combo-crisis’ en un asadero de pollos.
Mientras tanto, y al amparo de esa negociación, los legisladores colombianos, los mismos que ayer fueron elegidos y reelegidos, recibieron un aumento de más de 1 millón y medio. Ahora ganan 31’331.821 pesos mensuales, con retroactividad a enero. Es decir, que además les quedamos debiendo más de tres millones por la demorita.
¿Ganan mucho los padres de la Patria? Como todo en la vida, esto es relativo. Hay que tener en cuenta, entre muchas cosas, el poder adquisitivo, las horas trabajadas, los resultados obtenidos y muchas variables más. Pero, a todas luces, teniendo en cuenta las variables enunciadas, sí, estos colombianos ganan demasiado. ¿O será que los demás ganamos muy poco? Como el mundo es grande y redondo, y nosotros no somos el centro del mismo, aunque el actual régimen pretenda que así le sea reconocido, hay que recurrir a comparaciones internacionales.
Ya que a Juan Manuel Santos le obsesiona la Ocde, miremos algunos casos dentro de los países miembros del exclusivo club, al cual muy seguramente no ingresaremos este año. El salario anual de un parlamentario en Austria es 120 mil euros (unos 38 millones de pesos al mes). El de un diputado alemán, de 109 mil euros al año, es decir unos 34 millones de pesos mensuales. El promedio en Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda y Gran Bretaña, todos muy parecidos, es 84 mil euros al año, unos 26 millones al mes. Y así en Europa hasta llegar a España, donde un miembro del Congreso de los Diputados gana 72 mil euros al año, y en Polonia apenas 35 mil euros al año, o sea, en promedio, 11 millones de pesos al mes. Como quien dice, nuestros congresistas se sienten en Berlín.
Pero eso no es todo. Al compararlo con el salario mínimo de cada país, el diputado austriaco gana siete salarios mínimos. El de Alemania devenga 6 salarios mínimos de su país. Los daneses, los belgas, los franceses, los luxemburgueses, los holandeses y los ingleses reciben en promedio 4,7 salarios mínimos de sus respectivos países. El diputado español percibe seis salarios mínimos y el polaco, también, seis de los suyos.
El pobre congresista colombiano recibe ahora la friolera de 40 salarios mínimos como base, sin tener en cuenta que obtiene otro tanto para su unidad legislativa, es decir toda la burocracia que lo acompañó en su campaña, y que debemos nosotros pagar. Además, un abultado presupuesto de automóvil, escoltas y viáticos sin control.
Último dato: tenemos un sistema bicameral, con funciones casi idénticas en cada una. Tal vez se diferencien en que sesionan en salones diferentes. Los parlamentos antes mencionados son unicamerales, porque existiendo otra cámara en algunos de esos países, esas no emiten normas, sino que sirven otras funciones y ejercen otros controles.
Llegó la hora de reformar el Legislativo colombiano: o lo hacen ellos, o lo hacemos nosotros.