El debate generado por la ‘subasta G4’ ha estado mal enfocado. El posicionamiento de Claro (antes Comcel) en el mercado colombiano no obedece al espectro con que cuenta.
Por eso, los escenarios que plantean excluir a la empresa dominante son una defensa equivocada de quienes buscan frenar un posible monopolio en las comunicaciones.
Si algún operador se ve afectado con la situación del servicio de telefonía móvil, es precisamente Claro, porque a pesar de tener una amplia infraestructura a nivel nacional, ha presentado serias fallas en el servicio que se traducen en la baja calidad del mismo.
Algo sí nos debe preocupar: que algunas empresas subutilicen sus instalaciones, un buen ejemplo de ello es Tigo, a quien le sobra infraestructura.
Estamos convencidos de que, dentro de este debate, seguramente, será necesario reservar parte del espectro para otros competidores, porque en el contexto nacional se puede admitir más competencia. Lo importante aquí no es a quién se le entrega o a quién se le niega el espectro, sino quién tiene la infraestructura.
Desde ese punto de vista, lo que debe hacer el Gobierno Nacional no es limitar la participación de oferentes en esta subasta; al contrario, debe crear el escenario para que cualquier persona que quiera acceder al espectro lo haga, pero que, asimismo, se comprometa a compartir infraestructura.
Así, la posición dominante de Comcel no nace de su participación en el espectro –lo cual nos parece irrelevante–, sino de su infraestructura, que le ha permitido una mayor cobertura, y, por lo tanto, más participación en el mercado de los usuarios de telefonía móvil.
Por lo anterior, hemos presentado un proyecto de ley que admite la compartición de infraestructura de los operadores móviles en Colombia, con reglas de juego claras para evitar que alguna de las partes se vea afectada.
Para ello, los proveedores de redes y servicios, y los propietarios de infraestructura utilizada en la prestación de servicios de telecomunicaciones móviles, deberán permitir el acceso y uso de cualquier instalación civil de soporte para el despliegue de este tipo de redes.
Con esto se estará garantizando la competencia abierta en términos de pluralidad de oferentes, el aumento de las ofertas disponibles para los ciudadanos, la ampliación de la cobertura y la entrada a diferentes mercados.
La experiencia internacional demuestra que los acuerdos de compartición son muy frecuentes en el sector de las telecomunicaciones, y lo que varía es el nivel de participación compartida al que se puede llegar, como en el caso del Reino Unido, donde Vodafone y la filial británica de Telefónica crearon una compañía para el manejo exclusivo de redes, reduciendo así costos.
Simón Gaviria Muñoz
Director del Partido Liberal