Las economías capitalistas sufren periódicamente recesiones económicas, y normalmente su recuperación es rápida, la tasa de crecimiento del PIB se dispara y los empleos perdidos se reemplazan con trabajos nuevos. Pero la recuperación de la gran recesión que comenzó en Estados Unidos y Europa a finales del 2007 ha sido muy diferente. Años más tarde, en Estados Unidos la recuperación es débil, y en varios países europeos aparentemente todavía no ha empezado. ¿Por qué ha sido tan diferente la recuperación esta vez?
Es distinta porque no fue una recesión normal, sino el resultado del colapso de una enorme burbuja especulativa en bienes raíces, que ocurrió simultáneamente en muchas naciones. Las burbujas adelantan el aumento normal del PIB, creando una alta tasa de crecimiento durante la inflación de la burbuja y una contracción fuerte cuando esta colapsa.
En el centro de este proceso está el aumento sustancial del valor de las propiedades durante la inflación de la burbuja, lo cual crea la ilusión en los dueños de que son más ricos. Si logran vender su propiedad antes del colapso, la ilusión se convierte en realidad, pero por cada ganador hay un perdedor, de modo que al fin del proceso muchos dueños descubren que la ilusión de riqueza se ha convertido en una pesadilla, en la cual su deuda sobrepasa el valor de su propiedad.
La lenta recuperación después del colapso de la burbuja se debe en gran parte al comportamiento de los dueños de los bienes. La norma es que un propietario que es más rico en el tiempo de la burbuja consume una parte de esta riqueza. Después del colapso, descubre que esa riqueza fue ilusoria y tiene, por lo tanto, que reducir su consumo a un nivel inferior al normal por muchos años.
Si este efecto fuera pequeño, no sería tan problemático, pero su magnitud en la gran recesión fue enorme. Los precios de las propiedades subieron desde 1998 hasta el 2006. El valor total de las propiedades aumentó aproximadamente 20 trillones de dólares, y estimo que los dueños consumieron el 20 por ciento de este aumento, 4 trillones de dólares.
Del 2006 al 2012, el valor total de las propiedades bajó 8,5 trillones de dólares, de modo que los propietarios perdieron más del 40 por ciento de la riqueza que se había creado durante la burbuja. Si suponemos que una fracción semejante del consumo fue excesiva, esto implica que los dueños adelantaron 1,6 trillones de dólares de consumo que ahora se sustrae de la demanda nacional en recuperación, más del 10 por ciento del PIB anual (15 trillones de dólares). Si esta reducción ocurre durante el lapso de cinco años, el crecimiento anual del PIB se reduce en 2 por ciento anual. A esto se debe que la recuperación actual sea tan débil.
Theodore R. Breton
Ph. D. - Profesor de Economía y Finanzas, U. Eafit