De los fenómenos más notorios y con mayor potencial en Colombia es el desarrollo del mercado de valores y el interés creciente de las compañías por buscar financiamiento a través de emisión de acciones.
Tradicionalmente las compañías en Colombia, en su mayoría de tipo familiar, tenían como única alternativa autofinanciar su crecimiento o apalancarse en préstamos bancarios.
El creciente desarrollo del mercado de valores presenta oportunidades de financiamiento para empresas, que no lo hacían quizá por temas culturales, necesidad de control de las familias accionistas y falta de un real potencial de mercado.
Nos enfrentamos a una nueva realidad, con mucho por perfeccionarse, pero con enorme potencial si se tiene en cuenta que de concretarse el Mila, este se convertirá en el segundo mercado bursátil en Latinoamérica, después de Bovespa, en Brasil, la sexta economía mundial.
Esto impone retos para las empresas que ahora tienen que aprender a vivir como compañías públicas. Requiere que sus presidentes dediquen tiempo y cuidado a lo que dicen a sus accionistas actuales o potenciales, así como a los analistas. Sobre todo teniendo en cuenta que los accionistas cada vez más son personas naturales, no necesariamente expertas en entender movimientos de precios, ni balances.
Lo que han hecho bien algunas compañías, ahora públicas en sus comunicaciones, pasará de ser un diferenciador a volverse un requisito para sobrevivir en el mundo bursátil.
Las comunicaciones toman un rol predominante en la organización y para su presidente, quien debe esforzarse por comunicar claramente la estrategia, enviar un mensaje de por qué los inversionistas deben creer en la empresa, en su manejo y en las perspectivas futuras, así como manejar las expectativas.
Bajo este escenario, es imprescindible que la firma y su presidente estén abiertos a enfrentar potenciales preocupaciones de forma abierta y honesta, y contar con un gobierno corporativo explícito y creíble.
No necesariamente características que dejen tranquilos a algunos accionistas de empresas tradicionalmente familiares. Un estudio realizado por FTI Consulting en el que se evaluaron 263 firmas en 35 países, a través de entrevistas hechas a miembros de la comunidad financiera para medir el impacto en el valor de las empresas tras transiciones de sus CEO, muestra cómo la reputación del presidente de la compañía es un factor crítico en la decisión de comprar o vender acciones. En promedio, casi un tercio (32%) de las decisiones de inversión están basadas en la percepción del CEO.
En este nuevo escenario de fiesta bursátil no basta con ponerse bonito para la foto al momento de la emisión. Requiere de un esfuerzo constante y consistente de comunicación de la estrategia, transparencia y consolidación de la confianza en la empresa y su administración.
La luna de miel tras una emisión de acciones dura poco y el rol de las comunicaciones se vuelve preponderante, quizá al mismo nivel de tener una estrategia sólida y una capacidad robusta de operación. Los presidentes de las compañías, ahora públicas, no pueden desconocer esta nueva dimensión de su rol si quieren preservar el valor de su empresa.
Valeria Marulanda
Vicepresidente FTI Consulting
valeria.marulanda@fticonsulting.com