Se trata de la barranquillera Diana Clavijo, quien lleva 18 años en esta profesión y que se convierte en la primera mujer piloto en América Latina en volar este tipo de avión, uno de los más grandes, pero además, de los más modernos y eficientes.
Esta aeronave permite transportar 104 toneladas de carga y la empresa lo adquiere bajo la modalidad de ‘leasing’, con un costo de 200 millones de dólares. Clavijo la estrenó el lunes, cuando llegó desde Seattle (Estados Unidos), donde está la fábrica de Boeing.
Usted es la primera mujer piloto para un Boeing 777 en América Latina. ¿Cómo ha sido su experiencia?
Es una gran satisfacción y el premio a años de trabajo y de trasnochos, porque el sueño de muchos pilotos es volar un avión de este tipo. Llevo piloteando aviones desde 1994; son 18 años y siempre he estado en el mundo de la carga. He volado Douglas DC-8, Boeing 767, Boeing 707 y ahora tengo el privilegio de volar 777.
Si se tiene en cuenta que la mayoría son hombres, ¿cómo ha sido su trayectoria?
Sí me han aceptado. Sin embargo, ha sido un camino que no ha sido tan fácil, pero mientras tú hagas las cosas como son, te respetan. Es un medio que todavía es difícil para la mujer y apenas estamos incursionando y cada día somos más. Pero siempre hay quien todavía tiene el paradigma de que las mujeres no podemos volar aviones, pero es un número muy reducido. Tengo cuidado de las cosas, las hago bien, ya tengo un respeto, pero los hombres a la hora de juzgar son bastante estrictos.
¿Cómo arrancó en esta profesión?
Arranqué en 1994 como ingeniero de vuelo; después fui copiloto y luego comandante, esto desde hace más de 10 años. Siempre he volado aviones de carga, todos grandes, siempre pesados, como les decimos en el medio.
Es diferente el tema de carga a pasajeros. ¿Pero cuando un empresario se encuentra con que es una mujer, pone algún pero?
No, realmente no hay contacto con el cliente. En ese proceso, nosotros simplemente somos los operadores del avión.
¿Cómo hace para compaginar con su vida personal?
Soy soltera, no tengo hijos. He tenido que sacrificar varias cosas porque no todo el mundo se aguanta la profesión. Ha sido mucho trasnocho, muchas horas de vuelo. Tengo en total como 10.000 horas de vuelo, tenemos un promedio de 80 a 90 horas al mes. Estoy fuera de mi casa 20 días al mes.
¿Cómo llegó a ser piloto?
Tengo una familia de pilotos, pero primero fui abogada porque en ese entonces mi papá no me apoyó en la idea de ser piloto. Entonces, estudié derecho en la Javeriana e hice una especialización. Ejerciendo mi profesión, me rebelé, fui a EE.UU. y estudié aviación un año. Me costó trabajo porque me la tuve que costear yo y cuando a uno le cuestan trabajo las cosas, pues más le gustan. Me encanta volar, y me siento muy privilegiada de hacer lo que me gusta.
¿Su papá está vivo?
Sí, y lo traje al evento (la entrega del 777 por parte de Boeing a Lan Cargo) porque él es superorgulloso. Ahora sí.
¿Ha tenido incidentes en vuelo?
No, afortunadamente. Tuve un incidente en una calle de rodaje en Eldorado, pero no fue nada grave. Sustos en sí, nunca he tenido.