Para curar algunos trastornos causados por los gérmenes, a veces no hace falta acudir a la farmacia, sino tener a mano en nuestra propia despensa algunos alimentos, vegetales o suplementos naturales, que estimulan las defensas orgánicas.
Entre tanto, ciertas prácticas en el uso de los antibióticos, como la automedicación, la interrupción inoportuna de los tratamientos o una prescripción incorrecta, han provocado que las bacterias se hagan resistentes y disminuya la capacidad antibiótica de diversas sustancias, advierten desde la Asociación de Profesionales de Terapias Naturales.
CINCO CONTRA LAS INFECCIONES
Según esta entidad “los antibióticos naturales (AN) son aquellos remedios procedentes del mundo vegetal capaces de inhibir el crecimiento de microorganismos o de eliminarlos”. Existen “cinco grandes” de la antibioterapia natural, según describe a Efe Roberto San Antonio, que preside APTN_Cofenat. Estos son esos milagros de la naturaleza:
La equinácea, que es rica en compuestos vegetales que elevan las defensas naturales del cuerpo. Esta planta es apropiada para parar una enfermedad leve o moderada de las vías respiratorias.
El ajo es un antibiótico natural, antimicrobiano, fungicida, detoxificador y antioxidante. Utilizado en superficie, el ajo es excelente para desinfectar y evitar la infección de heridas abiertas.
La cebolla, además de la vitamina C y la quercetina, contienen isotiocianatos, componentes antiinflamatorios que inhiben enzimas que causan condiciones inflamatorias, tales como el dolor y la hinchazón que provoca la artritis; es bueno para el asma, y también para la congestión respiratoria asociada al resfriado.
El propóleo, un producto que elaboran las abejas con resina vegetal, posee atributos antisépticos, antibacterianos, antiinflamatorios y anestésicos, y es eficaz contra el 'staphylococcus aureus', causante de infecciones respiratorias.
El romero es considerado el ‘ginseng’ ibérico. Esta planta contiene más de cuarenta sustancias antibacterianas y más de veinte antivirales.
EFE