Un conductor de bicitaxi de Dublín de 31 años está en la mira del gobierno venezolano por operar en el mercado negro de divisas.
El conductor dijo que es un exproductor de televisión que el año pasado se sumó a las filas de los venezolanos que se trasladan a la capital irlandesa. Para algunos, el atractivo no es sólo la oportunidad de estudiar inglés en la ciudad de James Joyce y Roddy Doyle, sino la posibilidad de obtener visas de trabajo y complementar su ingreso mediante la venta de euros en el mercado negro en Caracas, a casi 7.100 kilómetros (4.400 millas) de distancia, incluso a riesgo de terminar en prisión por violar las leyes cambiarias venezolanas.
Al prepararse para otro fin de semana de trabajo de 22:00 a 06:00 transportando pasajeros por la ciudad, el conductor dijo que vendió euros por bolívares tres veces en el mercado negro de su país a un máximo de 300 euros (US$385) cada vez.
Pidió que no se revelara su identidad a los efectos de protegerse luego de que Venezuela suspendiera los fondos a los estudiantes en Irlanda y amenazara con hasta siete años de cárcel a quienes cometieran delitos cambiarios.
Las autoridades irlandesas presentaron este mes un plan para combatir abusos en escuelas de inglés que actúan como “fábricas de visas” después de que el gobierno venezolano dijera que el verdadero propósito de algunas escuelas era permitir que los estudiantes trabajaran.
En momentos en que el gobierno del presidente Nicolás Maduro enfrenta una escasez de moneda extranjera e inminentes pagos de bonos, también sospecha que los estudiantes aprovecharon un complejo sistema de paridades cambiarias que les vendía euros a una paridad preferencial con fines educativos.
En ese sistema, los estudiantes pudieron comprar euros a alrededor de 8,1 bolívares para venderlos después nuevamente, junto con lo que hubieran ganado trabajando en Dublín, esta vez en el mercado negro ilegal, donde un euro vale en la actualidad más de diez veces la paridad oficial.
CONTROLES CAMBIARIOS
El país sudamericano ha mantenido los estrictos controles cambiarios que impuso el ex presidente Hugo Chávez en 2003. Según el sistema, los importadores de comida y medicamentos, así como quienes cursan estudios autorizados en el exterior, podían comprar dólares a la paridad oficial de 6,3 bolívares.
En el mercado negro, un dólar vale en la actualidad unos 97 bolívares y un euro se cambia por 124 bolívares, según dolartoday.com, un sitio web que sigue la paridad en la frontera colombiana. El bolívar ha perdido un 58 por ciento de su valor en el mercado negro en el último año.
Los estudiantes que viajaban al exterior podían solicitar fondos para gastos de estudios, seguro médico y unos 1.300 euros por mes para vivir. Los estudiantes dijeron que podían vender los euros a la paridad del mercado negro a través de sitios online o cuando viajaban a su país.
MERCADO NEGRO
La cantidad de venezolanos que solicita residencia en Irlanda pasó de 274 en 2008 a 2.413 en 2013. Ante la sospecha de que los estudiantes se encontraban en Irlanda sobre todo para trabajar y operar en el mercado negro, Venezuela empezó a reducir este año los euros que entregaba a los estudiantes y en junio bloqueó todas las transferencias.
Aproximadamente en ese momento, el ex productor de televisión empezó a trabajar como conductor de bicitaxi, dijo en una entrevista en un café ubicado a un paso de Grafton Street, una zona de la ciudad donde hay numerosos bares y comercios. Los estudiantes que pudieron encontrar empleo se quedaron, mientras que los otros se fueron, dijo. Los estudiantes dijeron que la decisión del gobierno de suspender la entrega de euros los había empobrecido.
La embajada de Venezuela en Londres, que cubre Irlanda, no contestó las solicitudes de declaraciones que se le hicieron por correo electrónico y por teléfono.
El sistema “se restablecerá en algún momento”, dijo Tiago Mascarenhas, director de marketing del Seda College, una escuela de inglés de Dublín. “Buscarán un proceso mejor. Así son las cosas en Venezuela: todo cambia”.
LOS BICITAXIS
Mientras tanto, el ex productor de televisión se prepara para sumarse a los demás venezolanos y brasileños que dominan la actividad de los bicitaxis y se dispone a iniciar su jornada.
Dijo en inglés que paga 80 euros a la semana por el alquiler de un bicitaxi y que vive de las propinas. Los días hábiles trabaja hasta las 04:30, dijo.
Agregó que gana unos 200 euros por semana trasladando noctámbulos por las calles de Dublín. Por lo menos su trabajo tiene una ventaja, comentó en momentos en que se dispone a reanudar sus estudios luego de llegar a un acuerdo con la escuela de lenguas sobre el precio.
BLOOMBERG