Las selecciones de la Copa Mundial dependen este año de un equipo cada vez más profesional de chefs y nutricionistas que tratan la comida como combustible, tanto para el cuerpo como para la mente, a través de los platos de sus países.
Los italianos trajeron pastas, parmesano y vino; los suizos, muesli y chocolate, y los estadounidenses, envases de manteca de cacao y jalea.
Al mismo tiempo, nutricionistas como Danielle LaFata, que trabaja con la selección estadounidense, cuidan quien los atletas puedan soportar el calor bochornoso de los estadios de fútbol de Brasil con cosas como kiwi y bananas, para reemplazar el potasio perdido en sudor, y seis botellas de agua por día.
Para LaFata, el menú es una forma de equilibrio constante que incluye lo familiar, lo saludable y hasta un toque de Brasil.
“Hacemos todo lo posible para incorporar la cultura, pero al mismo tiempo mantener algunos sabores conocidos”, dijo LaFata en una entrevista en la casa del Sao Paulo Futebol Clube, donde se entrena el equipo estadounidense.
“A los muchachos les encantan los frijoles brasileños, por eso ahora cada comida tiene frijoles brasileños y arroz”.
Alemania es favorita para ganar, según Ladbrokes, que da al equipo estadounidense una chance de apenas 10 por ciento de salir primero.
El viernes de la semana antepasada, antes de que Estados Unidos volara a Manaos, al borde del Amazonas, donde las temperaturas promediaban 31 grados centígrados y la humedad era de 62 por ciento, el almuerzo después de la práctica matutina de 90 minutos se volcó a lo asiático.
El equipo puede ser exigente. “¿Esto es salteado?” preguntó el defensor Geoff Cameron, de pie frente al buffet.
Cameron hizo un débil intento de atenerse a la pila de arroz y frijoles ya en su plato, junto a un par de panecillos franceses mantecados.
LaFata no lo dejó salirse con la suya. Los jugadores, que necesitan comer cada dos o tres horas, partían en una hora rumbo al aeropuerto y enfrentaban un vuelo de cuatro horas y media sin alimentos calientes.
“Tienes que comer más que frijoles y arroz solamente. Ya mismo te prepararán algo de pollo”, dijo LaFata. Pollo sin sazonar, no teriyaki. “Obrigado”, respondió Cameron, expresando su acuerdo dándole las gracias en portugués.
Los menús incluyen proteínas, carbohidratos y grasas saludables, y para condimentar recurren a hierbas y especias con un brebaje antiinflamatorio en vez de sal. La palta tiene un éxito masivo. Para combatir el calor, los jugadores normalmente consumen más frutas y verduras, que están compuestas por agua en un 80 o 90 por ciento.
En Manaos, sin embargo, el equipo decidió evitar los productos frescos cuando “inteligencia” -como la llama LaFata- de otros equipos, sugirió que la higiene de la ciudad anfitriona no era la adecuada y normal.
BLOOMBERG