Si en ocasiones le llegan pensamientos negativos por haber hecho alguna tarea con la que no obtuvo buen rendimiento, no se preocupe, la mayoría de las personas en algún instante de su vida ha pasado por esto. Tómese un tiempo para reflexionar y calmar esas ansias de dejar todo lo que tiene a su cargo en el olvido, ya que no es favorable que su cuerpo se acostumbre a esas situaciones estresantes que, pueden ser una amenaza para su salud.
Viviola Gómez Ortiz, directora del grupo Estrés y Salud del Departamento de Psicología de la Universidad de Los Andes, dice que “las consecuencias de esa tensión pueden ir desde síntomas de malestar como dolores de cabeza y musculares, indigestión, aumento o disminución del consumo de comida, sudoración, cansancio, incapacidad para concentrarse, ansiedad y mal genio, hasta problemas tan serios como hipertensión, enfermedades cardiacas, de la piel o relacionadas con un sistema inmunológico debilitado o alterado (como gripas frecuentes, cáncer o afecciones autoinmunes)”.
Para evitar estos efectos colaterales es fundamental que cuando caiga en la desesperación trate de respirar despacio, cuente hasta 10, procure que su cuerpo y su mente entren en un estado de relajación y reflexione sobre el hecho de que este episodio no lo llevará a ninguna parte y sí logrará complicar su situación.
LA CONDICIÓN DEL SIGLO XXI
Por razones socioculturales y las exigencias del mundo de hoy, el estrés se ha convertido en el diario vivir de las personas. ¿Por qué? La primera razón es que los cambios en los procesos de producción y competencia llevan a que las organizaciones necesiten producir más, con más rapidez y con menos personal, al cual le recae todo el peso de la necesidad de ser efectivos y eficientes, por ello deben pasar más tiempo en sus lugares de trabajo, laborar bajo presión y con horarios extenuantes.
Por otro lado, según lo explica Gómez, la tecnología ha llevado a la falsa idea de que las cosas se pueden hacer mucho más rápido. “Y sí, las máquinas pueden hacerlo, pero los humanos tienen más límites de los que están reconociendo y aceptando. Esta misma tecnología se convierte en hábito o adicción y muchas personas le dedican a ella tiempo valioso que podrían usar para interactuar con otros, para practicar deportes o hobbies”, dice.
Finalmente, otra razón que hace que en la actualidad se hable tanto de esta condición es que hoy, más que nunca, algunos problemas de salud no son precisamente consecuencia de virus o bacterias, sino del estrés, tales como: afecciones del colon, insomnio, taquicardias, alteración de ciclos menstruales, dolor abdominal, gastritis, migraña, retracción muscular, pérdida de la libido sexual, entre otras, que al final se convierten en un desorden de somatización, es decir, que son aquellos conflictos internos que tienen las personas y son expresados físicamente. Un estudio de la firma Regus, escogió a más de 16.000 profesionales con los que concluyó que el 38 por ciento de los trabajadores en Colombia sufren de estrés laboral.
NO OLVIDE MOVERSE
Es fundamental hacer pausas activas en su puesto de trabajo o fuera de él, como estiramiento de las extremidades, inhalación y exhalación profunda, masaje de cuello y hombros, realizar movimientos articulares en manos y cintura, o movimientos oculares mirando hacia la derecha, izquierda, arriba y abajo, abra y cierre los ojos con fuerza. Estos ejercicios ayudarán a que su nivel de energía se eleve e incluso las emociones mejoren. Cambiar de actividad y distraerse también es una de las recomendaciones que más tiene relevancia, para sentirse más despojado de aquellos problemas que tenga en el momento.
Ahora, si los niveles de estrés son muy altos existen técnicas guiadas de meditación, que ayudan a que su cuerpo entre en un estado profundo de relajación y se conecte con su ‘yo interior’. Esto ayudará a que usted acabe con los diferentes dolores que pueda presentar, tensiones, y sensaciones de estrés y agobio.
Estos procedimientos deben ser practicados de manera regular, durante meses o años, para que tengan efectos positivos más allá de una disminución temporal del estrés.
Eileen Guerra Morales
Especial para Portafolio