Sin embargo, nada de eso rompió la burbuja de confianza que rodea al controvertido empresario chino que tiene la mira puesta en lo que ha definido como el medio de noticias más influyente del mundo: New York Times Co.
Es improbable que el Times, controlado por el venerable clan Ochs-Sulzberger, sea vendido al extravagante multimillonario y filántropo chino conocido más por sus ardides publicitarios que por su perspicacia empresarial.
Chen dijo el viernes en una entrevista telefónica que contrató a una firma de servicios financieros que, junto a sus propios abogados, lo asesorarían en su intento por adquirir el Times.
"Ya hablé mucho con sus abogados la última vez que visité Estados Unidos", dijo Che, agregando que la firma estadounidense no quería ser identificada.
El empresario chino ha dicho que se reuniría a cenar con un ‘accionista mayoritario’ del Times el domingo para hablar sobre su oferta de 1.000 millones de dólares.
El valor de mercado del Times es actualmente de 2.400 millones de dólares. Una portavoz del Times dijo que "no tenía información sobre ninguna reunión de ese tipo".
Según una lista de magnates de China realizada por el grupo Hurun, Chen tenía una fortuna de unos 740 millones de dólares en el 2012.
El empresario dijo que había persuadido a un rico financiero de Hong Kong, que también le pidió mantenerse en el anonimato, para invertir 600 millones de dólares en la compra del diario.
El pagaría el resto. El viernes, Chen describió al financista como un ‘judío estadounidense’ y agregó que trabajaba en finanzas en Hong Kong y hablaba chino fluido.
El financista ya concretó dos acuerdos de adquisición con medios de comunicación de Estados Unidos, añadió Chen, que no quiso nombrarlos pero aclaró que eran tan grandes como el Times.
"RESPETO RENUENTE"
Poco se sabe de la gigantesca firma de demolición que ayudó a Chen a amasar su fortuna: Jiangsu Huangpu Recycling Resources.
Su negocio central es la demolición de edificios y puentes y el reciclaje de sus restos. Lo que genera mayor atención son las donaciones de Chen a causas solidarias y, más a menudo, sus acciones extravagantes en nombre de la filantropía y el ambientalismo.
"No hay nadie como Chen Guangbiao en el mundo de la caridad", declaró Rupert Hoogewerf, editor de la Lista de Ricos de Hurun.
"La imagen que tiene en China es la de un ‘showman’, pero hay un respeto renuente por el hecho de que hace obras de caridad". Chen se crio en un pueblo rural en el este de la provincia de Jiangsu, conocida por sus sofocantes veranos y sus helados inviernos, en una familia extremadamente pobre.
"Su pueblo natal era un lugar muy pobre, su familia sufrió mucho cuando él era joven", dijo Hu Xi, un compañero de clase y amigo de la familia. "Sus vecinos, que lo vieron crecer, creen que es completamente genuino".
Dos de sus hermanos murieron de hambre cuando él tenía cuatro años. Chen completó la secundaria, trabajó en el verano para pagar su matrícula y estudió medicina en la capital de la provincia antes de ingresar en el mundo empresarial.
Chen a menudo publica fotos entre paredes de rojos billetes de 100 yuanes y con frecuencia invita a los periodistas para que testimonien sus causas. En enero del año pasado, por ejemplo, regaló latas de ‘aire limpio’ en las calles durante una ola de contaminación. Según dice, cambió los nombres de sus hijos a ‘Protección ambiental’ y ‘Medio ambiente’.
Sin embargo, en un país donde la brecha entre ricos y pobres crece rápidamente y donde pocos miembros de la clase alta hacen de la filantropía una prioridad, Chen se ha ganado aplausos tras prometer que donaría su fortuna a obras de caridad cuando muera.
AGENCIAS