La tecnología ha demostrado tener un rol fundamental para transformar la mayoría de industrias, negocios, oficios e, incluso, casi todos los ámbitos de la vida personal. El caso de la salud no es diferente. De hecho, la salud digital se ha convertido en una tendencia mundial pues cada vez más personas recurren a aplicaciones móviles, relojes o wearables, con los que hacen un seguimiento cercano a los indicadores de la actividad física y los signos vitales.
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No obstante, además de permitir a las personas autogestionar algunos aspectos de su salud, la tecnología ha de jugar un rol fundamental en la transformación de este sector. Más aún, si tenemos en cuenta que los sistemas de salud están llamados a transitar hacia un modelo en el cual el paciente pasará a ser el centro.
Colombia, a través de la Ley Estatutaria en Salud, ya sentó las bases para un esquema en el que el paciente se convierte no solo en la prioridad, sino en un agente activo y corresponsable en la gestión de su propia salud y en la prevención de enfermedades.
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En ese sentido, la tecnología tiene mucho que aportar a la hora de optimizar y hacer más ágil y eficiente la administración de la salud de grandes poblaciones permitiendo enfocar mayores esfuerzos en la prevención y detección temprana de enfermedades prevenibles.
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Ya existen herramientas dispuestas para este fin, tales como las historias clínicas electrónicas unificadas, que integran grandes redes de hospitales y centros de salud bajo un modelo común; el uso de bases de datos centrales de pacientes (Master Patient Index), los sistemas de integración administrativos, las aplicaciones de citación electrónica a través de tabletas, computadoras y teléfonos celulares; las prescripciones en línea; los sistemas de gestión proactiva y masiva de salud multicanal (Patient Relationship Management Systems); así como sistemas de telemedicina y teleasistencia, entre otros.
Un ejemplo sencillo podría ser el de un médico que detecta que uno de sus pacientes tiene obesidad de grado II, hipertensión arterial, diabetes en sus fases iniciales y posiblemente cifras elevadas de colesterol y grasa en sangre (triglicéridos).
Imaginemos que, tras registrar esta información en su historia clínica electrónica, se emite una alerta en el sistema indicando al médico la importancia de establecer interconsulta con endocrinología, medicina interna, nutrición, entre otras áreas, e inmediatamente se elabore un plan de acción que le permita a ese paciente controlar su peso e incorporar medidas de tratamiento y autocuidado antes de que su salud empeore. Así mismo, se pueden activar sistemas de acompañamiento periódico ya usados en varios hospitales en Colombia, como son los programas de gestión de casos y enfermedades.
Más aún, el seguimiento al régimen de cuidados recomendado al paciente puede ser más sencillo para él y sus médicos tratantes si la información de sus acciones diarias se registra en un wearable o en una aplicación en su teléfono inteligente, para ser transmitida a los sistemas de sus médicos vía internet. Esto evitaría desplazamientos a consultas y ayudaría a disminuir el flujo de personas en los centros de asistencia.
Con el soporte directo de soluciones digitales como las mencionadas anteriormente, estas personas en riesgo podrían evitar enfermedades crónicas prevenibles y mejorar su calidad de vida.
Puede sonar todavía a ciencia ficción y con seguridad estas transformaciones no pasarán de la noche a la mañana. Se requiere una mayor profundización tecnológica y de la conectividad a lo largo del territorio, pero el sistema colombiano ya ha empezado a incorporar elementos de esta línea en su administración. Por ejemplo, el aplicativo para prescribir medicamentos no-POS, la aplicación ClicSalud (lanzada por el MinTic para empoderar a los pacientes) y proyectos encaminados a crear la Historia Clínica Electrónica Unificada de Bogotá, entre otros.
Estamos adportas de una transformación inminente y necesaria, en beneficio de los pacientes y de la sostenibilidad del sistema de salud.
Con seguridad, empezaremos a ver cambios lentos y graduales, pero poco a poco gestores y pacientes se empoderarán del uso de estas herramientas para impulsar la entrada de la revolución digital y proteger nuestro bien más preciado: la salud.
Fernando Ayala,
director general de Indra en Colombia.
Tendencias
04 may 2017 - 9:31 p. m.
Hacia una revolución digital de la salud
Cada vez más personas recurren a aplicaciones móviles, relojes o wearables, para hacer seguimiento de su actividad física y signos vitales.
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