En Holanda hay más bicicletas que habitantes. Esta estadística es la primera señal de que sus 16 millones de ciudadanos tienen solucionados gran parte de los problemas de tráfico vehicular, contaminación y tiempos de desplazamiento, situación que afecta a las grandes ciudades del mundo.
Las autoridades holandesas tienen identificadas 18 millones de ciclas, es decir, que el promedio nacional es de 1,12 aparatos per cápita.
Cuando a un holandés le preguntan ¿qué fue primero, la bicicleta, las vías, las normas o el interés por el medioambiente?, la respuesta es: ninguna de las anteriores.
Indudablemente, lo primero fue el problema de la congestión, pero para llegar a la solución lo más importante fue la tarea de concientizar a todos los ciudadanos sobre la necesidad de llegar a un acuerdo nacional en torno a una salida definitiva al problema de la congestión vehicular.
Esto sucedió varios años después de las protestas y los enfrentamientos entre los propietarios de vehículos, peatones, personas que usaban el servicio público y quienes habían elegido la bicicleta como su medio de transporte.
A comienzos de los 80, el Gobierno, el Congreso, las autoridades y la sociedad civil iniciaron un trabajo de concientización que incluía a todo el país, empezando por las principales ciudades como su capital Ámsterdam, la sede del gobierno, La Haya, Rotterdam y Eindhoven.
Hoy, el 26% de las personas se moviliza en bicicleta, la congestión desapareció, el nivel de vida y la salud de los holandeses mejoró, al tiempo que las ya limitadas diferencias sociales muestran a un país cada vez más equitativo.
Es más, para los ciudadanos es un orgullo decir que llegan a sus trabajos en cicla y no en vehículo, el cual solo se usa para los desplazamientos entre ciudades, cuando es necesario transportar un elemento pesado, voluminoso o en la temporada de lluvias. Y no es que los holandeses no tengan carro ni dinero con qué comprarlo: una de cada dos personas es dueña de un auto, el cual se usa solamente de manera ocasional.
El acuerdo nacional incluyó la decisión del Gobierno de construir miles de kilómetros en ciclorrutas, es decir, una infraestructura vial paralela a las calles y a las avenidas para permitir el tránsito de personas en bicicleta sin compartir el espacio con los vehículos. “Fue una inversión muy alta que valió la pena”, afirma Aletta Koster, del programa Embajada de la Bicicleta.
El consenso nacional se logró luego de un proceso que duró varios años y que aún sigue ajustándose. “En estos momentos estamos discutiendo sobre las fórmulas para reducir los accidentes debido al surgimiento de bicicletas eléctricas, las cuales comparten el espacio con las tradicionales de pedal”, dice Camila Pinzón, una colombiana que trabaja en este tema en Holanda.
Una de las discusiones superadas es el uso del casco y otras medidas de seguridad. De hecho, la primera pregunta que se hacen los extranjeros cuando llegan a cualquier ciudad de Holanda es por qué los ciclistas no usan casco ni chaleco reflectivo, señaló Bas Brakman, de la oficina de Planeación del Tráfico de Eindhoven.
La respuesta también sorprende: “nosotros no vemos la bicicleta como un medio de transporte inseguro. Es más, consideramos que montar en bicicleta de manera civilizada no puede ser peligroso. Si los ciudadanos sienten que esto es un peligro entonces dejarán de hacerlo.
Incluso, las personas de la tercera edad usan la cicla sin problemas al igual que lo hacen los niños para ir a la escuela o al colegio. Montar en bicicleta tiene que ser tan seguro como caminar”, dice.
Y las estadísticas así lo confirman. En Ámsterdam, el número de personas muertas en accidentes de tránsito cayó de 3.200 en 1972 a solo 700 en el 2010 y continúa bajando.
ESTADíSTICAS
El 40% de los estudiantes de primaria llega en bicicleta a su centro educativo y de los de secundaria, el 75% . El resto se moviliza a pie o en servicio público y una mínima parte, solo el 6%, va a estudiar en automóvil particular.
Todos los días se realizan 14 millones de desplazamientos en bicicleta. El promedio nacional de recorrido diario de los ciclistas es de 3 kilómetros. Un millón de holandeses salen a vacaciones cada año en bicicleta.
En el país hay más estacionamientos para bicicletas que para vehículos, pues los de las ciclas no tienen ningún costo, mientras que el parqueo para carros en Holanda es de los más caros del mundo.
Los holandeses gastan cada año 1.400 millones de dólares comprando bicicletas. Además, el país es uno de los mayores exportadores de este aparato, con un millón de unidades anuales.
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