Uno de los escenarios naturales más impactantes del mundo se encuentra ubicado en el estado brasileño de Paraná, en la frontera con Argentina, y hace parte de las siete maravillas naturales del mundo, declarada patrimonio natural de la humanidad por la Unesco, en 1986.
Se trata de las Cataratas de Iguazú, en el Parque que lleva su mismo nombre, que constituyen una extensión de 2.700 metros de ancho y 82 metros de alto, formando un majestuoso paisaje, en medio de los dos vecinos países, que cada año recibe a más de un millón de turistas. La parte brasilera abarca 1.852,62 kilómetros cuadrados.
El parque recibe visitantes de todo el mundo, atraídos por el desafío de ver e identificar especies exóticas de pájaros. Cuenta con transporte moderno, ascensores panorámicos, pasarelas seguras, tiendas de artesanías, restaurantes y bares.
El clima es subtropical, con temperaturas mínimas de 5 grados centígrados y una máxima de 35 grados centígrados.
LAS CATARATAS
A 28 kilómetros de la ciudad de Foz do Iguazú, que tiene cerca de 300 mil habitantes y una buena y amplia oferta hotelera, están las cataratas, a las que se puede acceder en cómodos buses panorámicos para admirar el espectacular paisaje, que incluye pasarelas para ver de cerca las enormes caídas de agua.
Pero además, allí los visitantes tienen la oportunidad de apreciar algunos animales de la selva semitropical de la provincia fitogeográfica paranaense, teniendo en cuenta que el parque alberga y protege la rica biodiversidad que incluye especies de fauna y la flora brasileñas, algunas de las cuales están en peligro de extinción, como el jaguar, el puma, el caimán de hocico ancho, el loro de pecho morado, el águila arpía, así como variedades vegetales como el rosa peroba, el ariticum, la araucaria, entre otras