Iván Duque y Gustavo Petro tendrán que medirse el próximo 17 de junio, en la segunda vuelta presidencial, tras ocupar este domingo el primer y segundo puesto de las elecciones 2018.
Fajardo, muy cerca a Petro, logró el tercer puesto, mientras que Germán Vargas Lleras y De la Calle quedaron relegados. Entre estos dos últimos no lograron el 10% de los votos totales.
(Estos son los resultados en tiempo real de las elecciones 2018).
DOS ORILLAS DISTINTAS
Los dos aspirantes que quedan en carrera tienen profundas diferencias sobre el acuerdo de paz firmado por el saliente presidente Juan Manuel Santos con las Farc, así como por el modelo económico para reducir la pobreza y la desigualdad.
Duque, un abogado y economista de 41 años del Partido Centro Democrático que dirige el expresidente Álvaro Uribe, promete recuperar la autoridad, modificar el acuerdo de paz y es aceptado por los inversores y los mercados con su propuesta de reducir los impuestos para impulsar el desarrollo económico.
El político de derecha, quien acusa al exalcalde de Bogotá de querer implementar un modelo socialista como el de Venezuela, promete en su eventual gobierno modificar el acuerdo de paz para impedir que los desmovilizados jefes de las Farc ocupen curules en el Congreso, antes de confesar sus crímenes y responder ante la justicia.
ALIANZAS SERÁN DECISIVAS
En la otra orilla, Petro, candidato de la coalición Colombia Humana, se compromete a dar continuidad al acuerdo de paz, pero sus iniciativas de acabar con las industrias extractivas de petróleo y minería, de subir los impuestos a las tierras improductivas para comprarlas y entregarlas a los pobres provocan temor entre los empresarios y en los mercados.
Petro, exalcalde de Bogotá que militó en la desmovilizada guerrilla del M-19, niega que quiera convertir a Colombia en una Venezuela, como lo dicen sus detractores, con sus iniciativas sociales para reducir la pobreza y la desigualdad que implican cambios al sistema de salud y de educación.
Los críticos del político de derecha sostienen que su eventual llegada a la presidencia, además de poner en riesgo el acuerdo que se firmó con las Farc para acabar un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados, dificultará cualquier posibilidad de alcanzar la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Duque exige la concentración en una zona geográfica de todos los combatiente del ELN con supervisión internacional y un cese al fuego unilateral, demandas a las que se han negado los líderes del grupo rebelde en el pasado.
Las alianzas serán decisivas para asegurar el triunfo en una segunda vuelta y los dos candidatos tendrán que empezar a sumar a sus filas electores de los aspirantes derrotados en la primera vuelta, para lograr la presidencia el 17 de junio.