Ninguna generación había recibido tanta atención desde cuando los ‘baby boomers’ (que hoy están entre 51 y 69 años) alcanzaron la mayoría de edad y con ello una inmensa capacidad adquisitiva. Hasta ahora.
La generación conocida como del milenio, o generación ‘Y’, nacidos más o menos entre 1980 y 2000, son la obsesión del momento para demógrafos, sociólogos, movimientos políticos, pero sobre todo para los negocios que quieren venderles sus productos y los publicistas que trabajan para asegurar esas ventas. Es que la generación ‘Y’ ha llegado a la edad de entrar en la fuerza de trabajo y de tener su propia capacidad de compra.
La fijación es entendible. Se calcula que los miembros de la generación del milenio definida entre los 18 y 34 años son más de 2,5 mil millones globalmente, sobrepasando ya a los ‘baby boomers’. Solo en los Estados Unidos representan un tercio de la población total del país, con más de 80 millones que equivalen a 3 millones más que los ‘baby boomers’. Y no solo son la generación más grande sino la más educada en la historia.
Si bien las características de esta generación no son completamente universales, un estudio de PricewaterhouseCoopers, la Universidad del Sur de California y la Escuela de Negocios de Londres sugiere que comparten más en común entre sí que las generaciones anteriores, y eso les daría una especie de poder de negociación global, sobretodo en el largo plazo.
La generación ‘Y’, según diferentes estudios, está caracterizada por su ‘conectividad’ al mundo a su alrededor y entre sí, gracias a su dominio digital. A diferencia de las generaciones anteriores, la generación 'Y' tiene una ventaja laboral natural: crecieron con el internet y tienen un conocimiento intrínseco de cómo navegarlo y manipularlo, lo cual les da una perspectiva más allá de las fronteras de los países.
LOS GASTOS DE LA GENERACIÓN
Se calcula que la generación ‘Y’ gastará aproximadamente 1,4 trillones de dólares al año para el 2020 y que van a heredar alrededor de 30.000 millones de dólares en los próximos años.
Como resultado, las empresas están buscando ansiosamente fórmulas que les permitan ‘atraparlos’ ahora y temen que si no actúan rápido perderán la oportunidad. La cadena de supermercados orgánicos ‘Whole Foods’, por ejemplo, anunció la apertura de una línea de tiendas de comestibles dirigidas a los compradores del milenio, con una selección especializada, diseño aerodinámico y tecnología innovadora.
¿Cómo se pueden conectar las marcas con la generación del milenio?, ¿qué piensan los ‘milenios’ de los programas de fidelidad de restaurantes y almacenes de ropa?, ¿qué emociones influyen en sus decisiones de compra?, ¿cuál café prefieren? (para Colombia, como productor de café, la buena noticia es que la generación del milenio toma más café que ninguna otra generación hasta ahora).
Esas son algunas de las preguntas más recientes que estudio tras estudio, especialistas, consultores, analistas y encuestas de todo tipo tratan de responder.
Al mismo tiempo la fijación del mercado con los ‘milenios’ está comenzando a ser cuestionada.
Recientes estudios demuestran que los atributos que los negocios le están adjudicando a la generación ‘Y’ - incluyendo la dependencia de la tecnología - aplican a la población en su conjunto.
Algunos analistas y agencias que velan por el consumidor han comenzado a reclamar por el resto de la población. A pesar de los grandes números, la generación del milenio tiene menos poder adquisitivo y más deudas que otras generaciones a la misma edad, debido a que muchos recibieron préstamos estudiantiles para hacer sus estudios. Son además víctimas de los efectos persistentes de la recesión profunda que afecta al mundo. El desempleo es muy alto en esa generación. Si bien la generación del milenio es la primera de ‘nativos digitales’, los que están sobre los 40 e inclusive 50 y 60 años son también muy hábiles en el uso de teléfonos inteligentes y otros dispositivos.
Para Fred Bonner, profesor de educación en la Universidad de Rutgers y autor del libro Estudiantes del milenio, gran parte de los estudios y comentarios sobre la generación del milenio son parciales y a veces inexactos, porque hacen generalizaciones sobre características que solo aplican a jóvenes blancos ricos que han tenido la oportunidad de ir a la universidad y tienen padres de familia que siguen ‘revoloteando a su alrededor para protegerlos’. Según Bonner muchos de los “rasgos básicos” aludidos a la generación del milenio no aplican a las inmensas poblaciones de jóvenes pobres, segregados y desempleados del mundo.
Pero esas poblaciones, como bien sabemos, por numerosas que sean, no son de interés para las fuerzas del comercio o la publicidad.
Cecilia Rodríguez
Luxemburgo