A la española Rosa Montero, en la cercanía de sus 60 años no le dio por hacer lo que la mayoría hace a esa edad, “prejubilarse y comprarse una casita en la playa”. Ella prefirió darse un regalo muy distinto: “un pequeño modesto mundo literario con personajes constantes para el placer propio de visitarlo”.
Así nació su más reciente novela, Lágrimas en la lluvia, que vino a presentar en la Feria del Libro, el cual protagoniza Bruna Husky, “una detective replicante, como los personajes de la película Blade Runner, que debe resolver el misterio de la muerte de otros androides creados por genetistas”, comenta.
Según la autora, aunque es una novela negra de ciencia ficción que ocurre en Madrid en el 2019, “debajo de eso lo que hay son los temas básicos, como la gran tragedia del ser humano, que es venir a este mundo con tantos deseos y, sin embargo, cabalgado por su propia muerte”.
Bruna Husky, como es un androide que sabe cuándo va a morir, no puede olvidarse de que es mortal. “Todos nosotros somos condenados a muerte, pero nos las apañamos para olvidarlo. Ella no puede y es por eso que es una metáfora muy poderosa de lo que es la naturaleza humana”.
¿De dónde le salió este tema? Como han surgido el resto de sus libros. “Las novelas se escriben dentro de la cabeza, nacen de unas imágenes que se te cruzan y de repente una de ellas te inquieta y te dices: ‘esto tengo que contarlo’. Tú no escoges la historia, ella te escoge a ti. Con la misma independencia con la que se te meten los sueños por la noche, se te meten las novelas”.
Pero también es una especie de exorcismo. “Husky odia la muerte, piensa que esto es un fraude: vienes a esta vida tan bonita y te mueres tan pronto. Esa furia es exactamente la mía. Los novelistas somos personas con menos capacidad para olvidarnos de que vamos a morir y por eso escribimos, para combatir ese vértigo de la muerte”.