¡Hola! Soy el corazón. Le hablo desde lo profundo del pecho. Me asocian mucho con el amor, los sentimientos y para ser más preciso, con lo más importante, la vida.
¿Cuántas veces ha dicho te amo con todo el corazón? Ahora quiero preguntarle ¿Qué hace por mí?, ¿Qué hace contra mí? Soy esencial para la vida, para su vida, pero solo no puedo, necesito su ayuda, su decisión y voluntad. Es un trabajo articulado de buenos socios, de buenos hermanos.
Soy el encargado de impulsar la sangre a todo el cuerpo. Soy un músculo formado por dos bombas en paralelo que trabajan al unísono para propulsar la sangre hacia todos los órganos.
Mi ritmo cardíaco está formado por una secuencia de relajación y llenado ventricular (diástole) seguida de una contracción y vaciado ventricular (sístole). Cuando se utiliza un estetoscopio, se pueden escuchar mis famosos ruidos.
Cuando dejo de bombear sangre a todo el cuerpo se genera un paro cardíaco o infarto. Es temible, asusta. Esto ocurre por enfermedad de las arterias coronarias. Es un taponamiento o reducción en la circulación de la sangre que me nutre de oxígeno.
Cuando la obstrucción es total o la atención se retrasa, las posibilidades de sobrevivir son pocas y todo termina. Le pido que, cuando yo comience a enviarle advertencias, las atienda. Algunas son: dolor leve en el pecho que se extiende a los brazos, cuello, espalda o quijada. Por favor, no se descuide.
¿Se puede prevenir? ¡Claro!
No fume, controle regularmente la tensión alta, reduzca los niveles de colesterol, controle el peso. Ojo con lo que come, haga ejercicio.
Si tiene problemas de diabetes, con mayor razón debe estar atento a los niveles de azúcar.
Cuando no cuida, a su cuerpo y a mí, aviso de manera preventiva y tenemos una nueva oportunidad.
Puede ser a través de una insuficiencia cardíaca (no bombeo lo suficiente) o la arritmia (la velocidad de mi trabajo no es normal). Cuando hemos sobrevivido a un paro cardíaco quedan esas secuelas y los cuidados deben ser extremos.
En ocasiones no alcanzo a reaccionar, las condiciones del taponamiento son tan contundentes que me quedo sin aliento y la vida se extingue en pocos minutos. Por eso insisto, es necesario que tenga una vida sana. Usted sabe de qué hablo.
IMPORTANCIA DEL CHEQUEO MÉDICO EJECUTIVO
El chequeo médico ejecutivo es una evaluación médica integral personalizada, que se realiza en un entorno privado con las mejores comodidades para la atención, con los objetivos de evaluar el estado de la salud de hombres y mujeres adultos, detectar patologías específicas relacionadas con la edad y el género e identificar los posibles factores de riesgo para desarrollar algunas de las enfermedades de mayor prevalencia o diagnóstico como los son las cardiovasculares.
Las evaluaciones médicas ejecutivas se recomienda sean realizadas con una periodicidad anual.
“En el Centro de Medicina Diagnóstica SIPLAS, se informa previamente a cada paciente sobre las características de las evaluaciones médicas y paraclínicas a realizar, condiciones previas al examen o preparaciones especiales. Durante su estadía, es acompañado en todo momento por personal profesional de enfermería, quien va informándole sobre el objetivo de cada prueba o examen”, así lo explica Fernando Vera Pardo, director médico de Siplas.
LA CARDIOMIOPATÍA, UNA AFECCIÓN SILENCIOSA
A la cardiomiopatía le tengo pánico, porque a veces no siento nada, pasa desapercibida y ataca cuando aún somos jóvenes. Me inflamo de tal manera que no opero correctamente y bombeo poco y sin fuerza.
Son cuatro variantes que tiene esta pesadilla: la restrictiva, la isquémica, la dilatada y la hipertrófica, las cuales se presentan por distintos motivos; por ello, obviamente, son los exámenes y los controles juiciosos de su parte los que nos van a proteger de un final fatal.
En la fibrilación atrial me desordeno en los latidos, mis aurículas (mis cavidades) no obedecen a los impulsos eléctricos y la sangre no es evacuada en su totalidad, se puede formar un coágulo y taponar una arteria cerebral y desencadenar un derrame.
Esto me pasa por la hipertensión arterial y porque seguramente usted me descuida. Tiene que ayudarme, ojo. También porque 'levanta mucho el codo' y se le va la mano con el 'traguito' o por secuelas de algunas enfermedades que ya referí anteriormente.
Jesús Erney Torres
Especial para Portafolio