Justin Rao, de Microsoft, y David Reiley, de Google, quienes se conocieron en Yahoo!, fueron quienes desarrollaron en conjunto el informe.
El estudio llegó a dicho cálculo teniendo en cuenta los gastos de dinero, tiempo y recursos que significa recibir a diario correos basura, su eliminación y los problemas de seguridad que traen consigo.
Como conclusión, determinaron que al año la sociedad pierde 200.000 millones de dólares combatiendo estos mensajes, algunos de ellos dedicados a estafar o al envío de virus.
La facilidad con que se propagan los correos basura, a través de cuentas de correo ‘robot’ que disparan millones de mensajes por segundo, y el poco riesgo que supone para quienes los distribuyen, resulta atractivo y genera altos porcentajes de ganancia.
Las empresas de seguridad informática y los servicios de correo electrónico libran una ardua batalla para evitar que las cuentas de los usuarios sean atacas, pero esto no es suficiente para evitar que estos superen los filtros de seguridad.
Además, contario a lo que se pudiera pensar, una de cada 25.000 personas que reciben spam cae en sus “ofertas”, giran dinero o hacen clic en sus avisos.
“La única forma de acabar con el spam es logrando que los costos de desarrollo, creación y distribución aumenten, hasta tal punto que no sea rentable”, explicaron Rao y Reiley.