Lo que más preocupa a los galardonados con el prestigioso Right Livelihood Award o Nobel Alternativo de Paz tiene que ver con los crímenes económicos, la violencia contra periodistas, indígenas, campesinos líderes ambientales y sociales, y el creciente armamentismo en América Latina, entre otras cosas.
Las preocupaciones fueron expuestas en el primer encuentro de los galardonados de América Latina y el Caribe, que se realizó en Bogotá a principios de julio y en donde se anunció que, a partir de ahora, actuarán de manera conjunta en el abordaje y búsqueda de soluciones para los problemas más apremiantes de la región.
El encuentro se realizó gracias al patrocinio de la Fundación sueca Right Livelihood Award, que concede la distinción. También, con el de la Fundación Gaia Amazonas, el Proyecto Coama y la Iglesia de Suecia.
Participaron en la cumbre representantes de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Guatemala, México, Paraguay y Perú, que han recibido el Nobel Alternativo de Paz, prestigioso galardón creado en Suecia en 1980 para destacar la labor de personas que “trabajan en la búsqueda y aplicación de soluciones para los cambios más urgentes que necesita el mundo actual”.
Los asistentes coincidieron en la necesidad de desarrollar un mecanismo efectivo de protección para los cientos de líderes y activistas sociales, incluidos periodistas, indígenas y campesinos, que están siendo amenazados de muerte en la región.
También propusieron la creación de un tribunal para crímenes económicos contra la humanidad y firmaron documentos “por una América Latina libre de armas nucleares”, propuesto por el brasileño Francisco ‘Chico’ Whitaker, creador del Foro Social Mundial, al igual que el ‘Llamado de Bogotá’, que recopila sus conversaciones de seis días sobre derechos humanos y ambientales, procesos de paz y memoria, participación democrática, y autonomía de los estados latinoamericanos.
“Fue un encuentro de gran relevancia donde conseguimos compartir los trabajos desarrollados por las organizaciones sociales de cada país representado, identificamos situaciones comunes de violencia sufridas por grupos de campesinos, ausencia del Estado, impunidad, pero, sobre todo, experiencias importantes de organizaciones que resisten en la lucha por la tierra y de sus territorios, lo que nos revela señales de esperanza y sueños compartidos”, dijo a Portafolio el brasileño Silvano Lima Resende, de la Comisión Pastoral de la Tierra, CPT., premio Nobel alternativo de 1991.
Resaltó que los asistentes comprobaron que los problemas más urgentes de la región tienen que ver con “los crímenes contra líderes populares y sociales, y la opresión del Estado, que ha actuado con violencia cuando la sociedad se ha movilizado”.
También dejaron constancia de su preocupación por el tema de la tierra, “que envuelve conflictos y violencia, y por lo que se creó una plataforma que actuará, conjuntamente con los gobiernos, para encontrar soluciones urgentes, especialmente en países como Brasil, Colombia, México Paraguay y Perú, que son los más afectados.
Crímenes económicos y violencia
El economista chileno Manfred Max-Neef, que recibió el Nobel Alternativo de Paz en 1983, afirmó que “la economía ha matado más gente que todas las guerras juntas”, y propuso la creación de un Tribunal para Crímenes Económicos contra la Humanidad.
“Son evidentes los estragos del sistema dominante actual. Debemos promover un nuevo paradigma de desarrollo basado en la felicidad, donde no hablemos del Producto Interno Bruto (PIB) sino de la Felicidad Interna Bruta (FIB), lo que supone vivir de manera sostenible con todo lo que somos”.
La estructura y el funcionamiento del tribunal serán dados a conocer en los próximos meses.
En cuanto a la violencia, Colombia, después de Brasil y Perú, es el tercer país de América Latina que cuenta con el mayor número de asesinatos de líderes ambientales y sociales, según cifras dadas a conocer en el primer encuentro de los nobel alternativos de Paz de América Latina y el Caribe, realizado recientemente en Bogotá.
Con respecto a los asesinatos de líderes ambientales y sociales, Brasil, con 365 víctimas, es el país que registra el mayor número de víctimas a nivel mundial en el periodo comprendido entre el 2002 y el 2011, según estadísticas del Global Witness.
Lo siguen Perú y Colombia, con 123 y 70 crímenes respectivamente. En lo que va del 2013, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), de Brasil, lleva contabilizadas 11 muertes vinculadas a la lucha por la reforma agraria.
En Perú, Evaristo Nugkuag Ikanan, que vive y trabaja en la selva, favoreciendo la organización de las comunidades indígenas, denunció la muerte de 5 compañeros que resistían a la usurpación de tierras, y dijo que es muy difícil acceder al apoyo de abogados.
En Colombia, la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC) expresó que el problema de tierras en Colombia es histórico, que continúa y recordó que en la década del 70 los muertos fueron más de 500.
El primer encuentro denobeles alternativos de Paz se realizó en Colombia como una expresión de solidaridad con las organizaciones de la sociedad civil, activistas y galardonados locales.
“Colombia vive una de las mayores tragedias humanitarias de la Tierra, con una guerra de más de medio siglo, con cinco millones de víctimas entre muertos, desaparecidos, heridos, mutilados y desplazados, constituyéndose en una de las más prolongadas guerras de la historia humana”, afirmó Fernando Rendón, director del Festival Internacional de Poesía de Medellín, FIPM, premiado en el 2006.
Gloria Helena Rey
Especial para Portafolio