El Comité Ejecutivo de FIFA, responsable de aprobar contratos para televisión y auspicios por valor de miles de millones de dólares, está integrado por 25 funcionarios de seis continentes.
Domenico Scala, que en el 2012 fue designado como responsable de un nuevo organismo de auditoría y cumplimiento normativo, dijo que los ejecutivos habían aceptado abandonar las bonificaciones cuando él señaló que creaban un riesgo de conducta antiética.
La FIFA, una organización sin fines de lucro, no publica detalles sobre las remuneraciones. En su informe financiero del 2012, dijo que pagó 33,5 millones de dólares a “personal directivo clave” que incluía al directorio ejecutivo y a la comisión de finanzas.
“El comité ejecutivo de FIFA es un órgano de supervisión y decisión, no es responsable de las ventas”, dijo Scala en una entrevista telefónica. “Desde el punto de vista de la gestión, no queremos entregar bonificaciones a personas que supervisan las operaciones”, agregó.
Los ejecutivos no tienen contratos de empleo en los que se especifiquen las bonificaciones o sea que no pueden apelar el cambio. Las bonificaciones eran entregadas por el presidente de la FIFA, Sepp Blatter, sobre la base del desempeño financiero de la entidad.
La FIFA gana más de 1.000 millones de dólares anuales, sobre todo, vendiendo derechos relacionados con su Copa Mundial que se realiza cada cuatro años y que este año tendrá lugar en Brasil.
Scala se negó a decir qué valor tenían las bonificaciones, calificándolas simplemente de “significativas”.
EJECUTIVOS SANCIONADOS
La organización se vio obligada a implementar reformas en el 2011 a raíz de que varios ejecutivos fueron sancionados por ilícitos.
Estos incluyeron a Mohamed Bin Hammam, vicepresidente de la FIFA y exresponsable del fútbol asiático, que fue acusado de ofrecer 1 millón de dólares a ejecutivos del Caribe por apoyar su intento de destituir a Blatter.
Dos miembros del directorio también fueron suspendidos en el 2010 por haber sido grabados aceptando vender sus votos por los derechos de la Copa del Mundo a periodistas encubiertos.
En tiempos más recientes, la FIFA informó el año pasado que su expresidente, Joao Havelange, y su exyerno, Ricardo Teixeira, anteriormente responsable del fútbol brasileño, aceptaron de manera impropia pagos del socio de la FIFA en el área de marketing, ISL, a cambio de los derechos de transmisión de las Copas del Mundo 2002 y 2006.
La FIFA se ha resistido a las exigencias de publicar detalles sobre el pago a ejecutivos, incluido el correspondiente a su presidente. Entre el 2008 y el 2012, el pago a personal clave creció 81 por ciento, según los estados contables de la organización.
“La bonificación debería darse a los individuos que ganan el dinero, no a los encargados de juzgar sus desempeños”, explicó Scala.
Bloomberg