Este año parece que es el de la recuperación económica de Estados Unidos, después de que el presidente Barack Obama, en su discurso del Estado de la Unión, asegurase que el país había dejado atrás la crisis.
Su afirmación es ratificada por todos las datos económicos que hasta el momento manejan los responsables del comité organizador de la 49 edición del Super Bowl, directivos de la NFL, del mundo de la publicidad y de la cadena NBC, que tiene los derechos de trasmisión de este evento que se disputa en el University of Phoenix Stadium, de Glendale (Arizona).
En el apartado del consumo, que es el que da vida a toda la economía que se mueve en torno al Super Bowl, se espera que el promedio que genere el partido en Estados Unidos sea de 80 dólares por persona, que invertirán en servicios, mercancías y comida. Este es el segundo día del año en que más se consume, después del tradicional Día de Acción de Gracias.
30 MILLONES PARA CELEBRAR EL ENCUENTRO
El Consejo Nacional del Pollo, que sigue las ventas que tiene su producto durante el Super Bowl, ya han confirmado que el precio promedio por libra de las famosas "wings" (alas) será de 1,71 dólar, superior al de 1,35 del año pasado, pero inferior al de 2,11 del 2013 y se esperan vender 1.250 millones de alas.
Por otra parte la celebración del Super Bowl también será fuente importante de ingresos económicos para toda el área local de Phoenix, sus alrededores y el estado de Arizona, que tuvieron que pagar 30 millones de dólares por conseguir la organización, nada que ver con los 18 que invirtieron en la del Super Bowl del 2008 y los cinco cuando se celebró en Tempe, en 1996.
El comité organizador del Super Bowl de Arizona espera que se genere una actividad económica de 500 millones de dólares, con la estimación de unos 100.000 visitantes durante toda la semana previa al partido, junto a más de 6.000 periodistas de todo el mundo y el millón de personas que acuden a las actividades interactivas que han sido programadas.
UN PROMEDIO DE 6.500 DÓLARES POR ENTRADA
Los aficionados que vean el partido en el campo han tenido que pagar un promedio de 6.500 dólares por entrada, un 114 por ciento de incremento con relación al año pasado (3.015 dólares).
En el mundo de la reventa no hay límite si a última hora alguien quiere presenciar el partido y formar parte de los 73.000 espectadores que llenen el University of Phoenix Stadium.
Y el llamado mercado secundario las entradas que tenían al principio un valor original de entre 500 y 1.500 dólares ahora ya no se consiguen por menos de 8.000 dólares.
El mundo de la publicidad vivirá también su gran día el domingo, cuando se presenten todos los proyectos en los que han trabajado durante el año y que a las compañías que promocionan les costará pagar 4,5 millones de dólares por cada anuncio de 30 segundos, medio millón más que el año pasado.
800 MILLONES DE ESPECTADORES
La cervecería estadounidense Anheuser-Busch InBev tendrá tres minutos y 30 segundos de publicidad durante el Super Bowl que, con toda seguridad, le compensará porque habrá entre 171 y 184 millones de personas en el país que verán el partido y más de 800 a través de todo el mundo.
La cadena de televisión NBC, que será la que trasmita el encuentro, también confirmó que 18 compañías habían comprado todos los espacios para la trasmisión gratuita del partido y el espectáculo del medio tiempo, que hará a través de internet, cuyos ingresos ha triplicado con relación a los que tuvo en el 2012. Todo lo anterior sin tener en cuenta el dinero que se mueve en el mundo de las apuestas, tanto legales como ilegales, y que muchos calculan supera los 7.000 millones de dólares.
EL TROFEO VINCE LOMBARDI
Desde 1970 Tiffany & Co. diseña y entrega el prestigioso trofeo inspirado en el legendario entrenador de fútbol americano, Vince Lombardi. Un premio que refleja toda la grandeza y tradición deportiva norteamericana y que además remarca la tradición de Tiffany & Co.
El trofeo está avaluado en más de US$50.000, su creación toma algo más de 4 meses y está hecho completamente en la legendaria plata sterling.
EFE