El teleférico del famoso Pan de Azúcar en Río de Janeiro, un coloso de granito que se eleva 395 metros por encima del nivel del mar y uno de los sitios más visitados del mundo, festeja hoy sus 100 años con el proyecto de conectarlo a otras colinas vecinas.
El primer ‘bondinho’ (teleférico) era de madera, parecido a los tranvías amarillos que en la época circulaban por las calles de Río.
Y, según dicen, se movía mucho. Recién en 1972 adoptó su actual forma de “diamante flotante”.
“El primer teleférico fue inaugurado en 1912 y funcionó 60 años. Mi padre llegó a la empresa como director técnico.
Llegó a construir un nuevo teleférico, más grande y moderno”, contó Maria Ercília Leite de Castro, directora general de la empresa Compañía de la Línea Aérea del Pan de Azúcar, que es cien por ciento privada.
“Imagino que ese teleférico debía ser totalmente transparente y parecerse a un diamante.
Los pasajeros de la cabina debían tener una visión de 360 grados de la ‘Cidade Maravilhosa’”, dijo.
UN PROYECTO DE LOCOS
Su construcción fue considerada como un proyecto de locos en una época en que la población moría de fiebre amarilla.
Fue el tercer teleférico del mundo, después del de Monte Ulia en España y el de Wetterhorn en Suiza, construidos poco antes, y el primero en un perímetro urbano.
La idea nació en 1908, cuando el ingeniero Augusto Ferreira Ramos decidió conectar Praia Vermelha (playa Roja) a la cima del Pan de Azúcar, hasta entonces inaccesible, una distancia de 1,4 kilómetros.
El ingeniero quería ofrecer una nueva imagen de Río, en ese entonces capital de Brasil en vías de modernización.
“Ramos era tratado de loco; incluso sus colegas le sugerían que la línea conectara el Pan de Azúcar con el asilo de locos, situado cerca de allí”, contó de Castro.
Las viejas cabinas de madera transportaban 22 personas, una cifra que subió a 75 pasajeros en 1972. Pero en 2007, la capacidad se redujo en 10 lugares, ya que los visitantes de hoy pesan más que en el pasado.
Hoy, para festejar el cumpleaños número 100 de este teleférico que ha transportado a celebridades como el físico Albert Einstein o el expresidente estadounidense John F. Kennedy, se distribuirán 2.000 porciones de torta a los visitantes.
El cantante Jorge Ben Jor ofrecerá en la cima un show privado en la noche.
El teleférico sirvió de escenario para varios filmes, sobre todo en Moonraker (1979), en la que James Bond, encarnado entonces por Roger Moore, escapa de ‘Tiburón’, un asesino monstruoso de dientes de acero que intenta eliminarlo sobre el techo del ‘bondinho’.
Se calcula que este año un millón y medio de turistas, casi la mitad extranjeros, visitarán el Pan de Azúcar, un poco menos que su rival, el Cristo de brazos abiertos que domina la Bahía de Guanabara desde lo alto de la colina del Corcovado.
“Quien llega a Río quiere ver el Pan de Azúcar y el Cristo Redentor.
El número de visitas que reciben es similar.
Hay quizás un poco más al Cristo, pero nuestra gran rival, de hecho, es la playa”, dijo Castro. Con miras al Mundial de Fútbol de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016 en Río, las dos estaciones del teleférico serán modernizadas con un acceso más rápido y así evitar las filas de espera.