El cambio climático es, sin duda, la mayor amenaza actual para la humanidad. Es indispensable controlar las emisiones de gases efecto invernadero para lograr que la temperatura global no aumente más de 1,5°C, aunque el esfuerzo debe ser mayor según últimos estudios.
Para mitigar este fenómeno los países le están apostando a una estrategia contundente y sostenible llamada ‘carbono neutralidad’.
El Gobierno Nacional ha dado importantes pasos en la transformación energética para cumplir los compromisos del Acuerdo de París e incorporar nuevas tecnologías, definiendo lineamientos de política pública como la recién sancionada Ley de Transición Energética, impulsada por el Congreso de la República, y la meta de ser carbono neutral al 2050.
En ese sentido, hay que tomar medidas en los sectores que generan mayores emisiones como el agroforestal, y ser cero tolerantes con la deforestación. También, acelerar y garantizar los proyectos de generación de fuentes de energía no convencionales que hoy presentan incertidumbre, especialmente en La Guajira, donde siguen pendientes muchas consultas previas. Otra estrategia debe ser enfatizar en medidas de eficiencia energética y digitalización, así como aumentar los incentivos para seguir avanzando con la movilidad sostenible.
Con la electrificación de la economía, la matriz energética debe ser aún más confiable y de bajas emisiones. Gracias a una mayor diversificación de las fuentes energéticas, que complemente las actuales, atendiendo señales de mercado, contribuiremos a la eficiencia en la prestación de los servicios públicos de energía y gas. Además, la participación del gas natural es fundamental para la seguridad energética y la movilidad, como alternativa de bajas emisiones, especialmente donde no hay acceso a tecnologías más limpias.
Esto es un proceso gradual. No podemos prescindir de fuentes de energía menos contaminantes que ayudan a lograr la meta, más aún considerando las condiciones económicas y sociales actuales que requiere la reactivación económica del país.
Según la Agencia Internacional de Energía la mayor parte de la reducción de emisiones de CO2 a 2030 será a partir de tecnologías existentes; y a 2050, casi la mitad provendrán de tecnologías que están en fase de investigación.
Los avances tecnológicos y la digitalización facilitan el cumplimiento de la meta. Hay que concretar señales para la inversión en la medición avanzada, permitiendo el cierre financiero; igualmente, impulsar la investigación en mecanismos de captura de carbono, geotermia y en la producción de hidrógeno.
La termodinámica nos enseña que “la energía no se crea, ni se destruye, se transforma”. Nosotros le agregamos que, además, evoluciona.
Eso es lo que estamos haciendo en este sector, dando pasos agigantados en la transición energética, para no solamente cantar victorias tempranas, sino lograr el objetivo de carbono neutralidad.
El compromiso es inaplazable y más temprano que tarde no solo la oferta contribuirá para su cumplimiento, también la demanda hará lo suyo.
Como en Fuenteovejuna, “todos a una” ¡pero de una!
CAMILO SÁNCHEZ ORTEGA
Presidente de Andesco