El mundo cambió. La manera de educar, de comunicar y de transportarse ya no es igual. Sin duda, la irrupción de la cuarta revolución industrial y de la pandemia derivada del covid-19 aceleraron los procesos de transformación digital en todos los campos profesionales, incluso en uno de los más tradicionales, como el derecho.
Aunque muchos temen que las nuevas tecnologías ocupen el lugar del ser humano en distintas labores, lo cierto es que estas son un aliado fundamental para los abogados en el ejercicio de sus funciones. Así lo explicó el decano de la Escuela Mayor de Derecho de la Universidad Sergio Arboleda, Leonardo Espinosa Quintero.
“Los diferentes sistemas computacionales y de inteligencia artificial son herramientas poderosas para que los abogados realicen de mejor forma su trabajo; los sistemas de información son de ayuda para un rápido y eficaz procesamiento de datos, así como para predecir escenarios de decisión. Esto le permite al abogado digital centrar su análisis en la raíz del problema, generando un servicio de mejor calidad al usuario”, explica el académico.
De acuerdo con el decano de la Escuela Mayor de Derecho de la Sergio Arboleda, el uso de herramientas que combinan el diseño y la tecnología permiten una experiencia más satisfactoria con contratos, acuerdos, mecanismos de solución de controversias, acceso a la justicia, entre otros.
Sin embargo, la implementación de tecnologías 4.0 en el ejercicio del derecho supone nuevos retos, como la innovación mediante la articulación de esta ciencia con el diseño, la administración, el marketing digital, entre otras áreas de conocimiento. “Basta con imaginarse un abogado experto en creación o programación de software jurídico, que atiende amplios volúmenes de casos rutinarios o contratos inteligentes, soportados entre computadores programados para tal efecto”, señala Espinosa Quintero.
La administración de justicia desde herramientas digitales también constituye un reto para el derecho, puesto que, gracias a las tecnologías 4.0 se transforma el acceso a la justicia, así como los procesos que tradicionalmente se seguían para estudiar las solicitudes de los ciudadanos.
Finalmente, Leonardo Espinosa Quintero sostiene que es importante revisar la materialización de los derechos de los ciudadanos en los entornos digitales, que toca temas tan sensibles como el derecho al buen nombre y honra en redes digitales, derecho al acceso a Internet, derechos del consumidor digital, derecho laboral digital, libertad de expresión y redes sociales, habeas data, cibercriminalidad, entre otros.
Lo anterior también plantea retos a los sistemas de educación superior, puesto que evidencia las nuevas competencias digitales que deben desarrollar los abogados que ejerzan en el mundo de la cuarta revolución industrial. No obstante, a su vez, pone sobre la mesa la cuestión de la persona humana.
“Reitero que el ejercicio profesional del abogado ha cambiado drásticamente, aun cuando los fundamentos morales, éticos y humanistas se deben mantener incólumes. La persona humana y su dignidad constituyen el centro de gravedad de lo legal”, recalca el decano ejecutivo de la Escuela Mayor de Derecho.
Precisamente, para pensar la transformación de la ciencia jurídica en el país, recientemente la Universidad Sergio Arboleda creó Prime Law School, un centro de altos estudios en derecho que se propone reflexionar en torno a la crisis del derecho y la justicia, así como actualizar a los profesionales de esta rama, para que estén a la altura de la Revolución 4.0.