La integración de la inteligencia artificial (IA) en el entorno empresarial de todo el planeta es esencial para la competitividad y la innovación tanto de cada compañía como de los diferentes sectores productivos, por lo que esta necesidad hace que se requieran especialistas que combinen habilidades técnicas con visión de negocio.
El primer paso es que las organizaciones comprendan que la IA plantea un escenario que ya no está en el mañana, sino que construye una realidad de hoy en la que se convierte en una herramienta esencial para la competitividad en el panorama empresarial moderno.
Eso incluye desde automatizar procesos hasta analizar grandes volúmenes de datos y predecir tendencias. En cualquiera de estos contextos de análisis, ejecución de estrategias y rendimientos económicos, la IA está redefiniendo la manera como las empresas operan y compiten.
Lo segundo es considerar la vinculación de especialistas en IA para que les ayuden a adaptarse, afrontar el mercado y liderar sus respectivos segmentos de consumo, siendo siempre conscientes de que la era digital está aquí y no hay vuelta atrás.
Jheison Alberto Urzola Hernández, ingeniero de Sistemas e Informática de la Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín, magister en Administración de Negocios y especialista en Gerencia de Proyectos de la Universidad EAFIT, explica que las organizaciones deben tomar en cuenta el valor estratégico que les puede dar este tipo de especialistas.
“El diferencial más importante se relaciona con la competitividad. Las empresas que integran la inteligencia artificial a sus operaciones ganan una ventaja competitiva, logran procesos más eficientes, toman decisiones informadas y les brindan una mejor experiencia a sus clientes”, afirma Urzola.
Otro aspecto que adquiere un mayor impulso es la innovación. El ingeniero destaca que, con la ayuda de expertos en IA, las organizaciones pueden desarrollar soluciones personalizadas, optimizar productos existentes e, incluso, diseñar modelos de negocio novedosos.
“Es prioritario que algunos modelos actuales de decisiones que utilizan las organizaciones cambien por otros basados en datos. La IA hace posible analizar y procesar enormes cantidades de información en tiempo real, una tarea que facilita la toma de decisiones más precisas y basadas en información concreta, en lugar de la simple intuición”, agrega Jheison Urzola.
Por último, asegura que el valor más importante es la optimización de recursos.
“La automatización y la predicción en áreas como mantenimiento, inventario, logística, servicios financieros y bancarios, medicina, atención al cliente e, incluso, nuestras actividades del día a día, conducen a un aprovechamiento más eficiente de los recursos y a reducciones significativas de costos”, afirma.
Sin embargo, para que las organizaciones puedan disfrutar de todos esos valores agregados, sus profesionales de IA no solo deben poseer habilidades técnicas, sino también visión de negocio.
Entre los conocimientos más relevantes se destacan las matemáticas y, en particular, la estadística. Por otra parte, los fundamentos en cálculo, álgebra lineal y probabilidad son esenciales para diseñar y entender los algoritmos de inteligencia artificial.
“No hay que olvidar las habilidades en programación, el dominio de lenguajes como ‘Python’, y el manejo de bibliotecas y marcos de trabajo especializados, incluyendo ‘TensorFlow’, ’PyTorch’ y ‘Scikit-learn’, por mencionar algunos. Es necesario que estos conocimientos se desarrollen en ambientes de computación ‘cloud’”, señala Jheison Urzola.
Sumado a eso, un profesional especializado en IA debe poseer bases sólidas de ‘machine learning’ y ‘deep learning’. La comprensión de conceptos como aprendizaje supervisado y no supervisado, y el dominio de algoritmos específicos para procesar y analizar datos son capitales si se quiere concretar la promesa de valor de estos profesionales para las organizaciones.
“Por otra parte, y dependiendo del enfoque, puede ser necesario tener conocimientos en Procesamiento de Lenguaje Natural (PLN) para tareas relacionadas con texto o en visión por computador para análisis de imágenes. Todo depende de la necesidad de cada empresa”, aclara el ingeniero.
Un aspecto del que poco se habla en este nuevo entorno corporativo es el relacionado con la ética de la IA.
En ese sentido, los profesionales en inteligencia artificial deben entender y abordar las preocupaciones de sus organizaciones relacionadas con la privacidad, el sesgo en la información y la transparencia, entre otros aspectos, para llegar a los resultados deseados.
Ahora bien, en cuanto a las habilidades blandas, hay que evaluar en especial, su capacidad para comunicarles conceptos complejos a colegas no técnicos, el trabajo en equipo y las capacidades en gestión de proyectos.
“La IA transforma el mundo empresarial a una velocidad sin precedentes. Para navegar con éxito en este ecosistema cambiante, las empresas deben invertir en talento especializado que no solo domine la tecnología, sino que también comprenda sus aplicaciones e implicaciones”, termina diciendo Jheison Alberto Urzola.
En conclusión, contar con especialistas en inteligencia artificial no solo es una inversión y hay que verla como una estrategia para asegurar el futuro y el liderazgo en el mercado.