Si, las ventas están cayendo. Esto se sabía y aún así algunos se sorprenden por lo que está pasando.
Este ajuste era inevitable y no tiene mucho que ver con el gobierno de turno. En 2023 nuestra economía creció 7,3% (según el último ajuste del Dane) y causa una parte del problema: al crecer mucho, la base contra la que debemos crecer es más grande y no tenemos la capacidad de producir nuevamente un 7% más en nuestras líneas de producción, porque ese 7% realmente es un 15% frente a lo que producíamos en el primer trimestre de 2019.
El segundo efecto lo explica que las empresas y las personas anticiparon producción y compras, antes de que los precios y las tasas de interés subieran más. Así, crecer sobre algo más grande es más difícil y más sin tener el efecto anticipación del año pasado.
El tercer efecto es el freno inducido. La decisión del Banco de la República es frenar la economía. Esto lo hacen dentro de la lógica económica, donde es más fácil y menos riesgoso manejar un carro a una velocidad prudente que a toda velocidad. Es responsable y prudente bajar la velocidad, haciendo que la industria se expanda menos y que los hogares moderen su gasto, no sólo para bajar la inflación que nos agobia, sino mantener la economía dentro de su capacidad, evitando un recalentamiento.
Entre efecto base, la anticipación de gasto y producción y el freno inducido, la economía crece menos. Desafortunadamente hay sectores que hay caído profundamente como la venta de viviendas y vehículos, que fueron fuertemente afectados por el aumento de las tasas de interés y un mayor endeudamiento de los hogares. Los otros sectores tendrán crecimientos bajos, pero crecerán y la gran mayoría estará por encima de las ventas de 2019.
Nada de esto es nuevo, lo sabíamos, muchos ya lo habíamos anticipado. Lo que pasa es que muchos empresarios (no todos), se pusieron metas de crecimiento muy por encima de lo posible y más cerca de lo soñado.
No sé bien en que punto, a las personas se nos olvidó lo que pasó en 2020. Parece que lo bloqueamos por conveniencia emocional y pensamos que los crecimientos de 2021 y 2022 eran un logro personal, organizacional y propio de nuestras calidades excepcionales y eso no fue solamente así.
Después de décadas de trabajar en investigación económica y de mercados, análisis y consultoría, les puedo compartir que, en la mayoría de los casos, los estudios son para saber por qué las empresas no crecen como se había esperado y muy rara vez se pregunta: “¿por qué estamos creciendo tanto?”.
Esa es la pregunta de un empresario responsable, que comprende que un éxito extraordinario, seguramente tiene razones desconocidas. Hoy crecemos menos y estamos preocupados, ¿cuándo debimos preocuparnos y prepararnos? cuando estábamos creciendo mucho.
CAMILO HERRERA MORA
Fundador de RADDAR CKG