Ante la descolgada en los precios internacionales del barril de crudo, los gremios de esta industria en el país coincidieron en afirmar que, solo esperan que la situación no frene la reactivación petrolera.
(Precio de crudo prende discusiones sobre fragilidad fiscal de Colombia).
En diálogo con Portafolio, los presidentes de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), Francisco José Lloreda, de la Cámara de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol), Germán Espinosa, de la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), Orlando Cabrales Segovia, y de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleo (Acipet), Carlos Alberto Leal, indicaron además que las empresas del sector deben tener listos planes de choque, a manera de contingencia, si sigue la dinámica en la cotización a la baja.
(Colapso histórico del petróleo por guerra de precios).
Así mismo, insisten los dirigentes gremiales del sector petrolero del país que, por la caída en la cotización es prudente hacer los ajustes fiscales y de capital en la operación; es decir, desarrollar los bloques que sean aún rentables con un precio del barril como el registrado este lunes de US$34,36 por barril, y aplazar el de aquello que no dan los resultados económicos trazados.
Francisco José Lloreda, Presidente ACP
El futuro de la operación petrolera del país dependerá de los acontecimientos, como la posición de los países miembros de la Opep y Rusia. Lo más prudente es aguardar a lo que suceda y en cómo se ajustan los mercados.
Con la experiencia de hace cinco años, cuando el barril de crudo llegó a estar por debajo de los US$30, que se tradujo en la congelación del desarrollo de bloques petroleros, el recorte de bienes y servicios, y en ajustes en los costos de operación, el país tomó conciencia.
Hoy día las empresas petroleras están mejor preparadas para enfrentar la volatilidad de los precios, lo que no sucedió en el 2015 y 2016.
En la actualidad las empresas del sector son mucho más eficientes. Han logrado optimizar al máximo sus costos, lo que puede permitir dar un respiro y compas de espera para ver como se desenvuelve esta situación.
(El país debe revisar sus previsiones macroeconómicas por el impacto del coronavirus).
Esperamos que la caída en los precios no frene la reactivación petrolera. Hasta el momento no solo hemos mantenido la perspectiva de una producción cercana al millón de barriles, sino también poco más de US$5.000 millones de nueva inversión, con un precio del barril entre US$60 y US$65.
En estos últimos dos meses las circunstancias han cambiado de manera significativa. Se ha registrado una caída gradual en los precios por la sobre oferta de crudo.
Germán Espinosa, Presidente Campetrol
Desde hace varios meses se venía registrando un equilibrio inestable en la cotización internacionales para los precios del barril de petróleo. Una dinámica con subidas y bajadas, pero con relativa estabilidad. Y esta situación no alteraba el desarrollo de la operación petrolera del país, a tal punto que Colombia reactivó su actividad luego de cinco año de no entregar un solo bloque para desarrollo.
Pero ante esta nueva situación, con una caída en el precio, el panorama de la operación ahora es de incertidumbre. No se tiene un panorama aún despejado de lo que viene para la actividad petrolera del país.
Lo que se debe imponer es la cautela y la prudencia.
Aquí es donde las empresas del sector, para garantizar su rentabilidad, deben remitirse a una disciplina fiscal y de capital más estricta. Hay que revisar los proyectos, priorizar los que por costos pueden seguir su desarrollo, y congelar aquellos que no dan en sus resultados. Hay que trazar un plan para el desarrollo de los campos.
En la actualidad el país tiene un margen de operación para los bloques entre US$35 y US$42 por barril; es decir, que si la cotización ya se presenta por debajo de este valor se deben entrar a revisar y ajustar la operación para establecer si es rentable para seguir con el desarrollo.
Orlando Cabrales, Presidente Naturgas
El panorama aun es incierto. Y lo primero que se debe establecer es si la situación tiende a ser permanente. Analizar si las causas como el coronavirus y los excedentes de producción, como alterarán la operación petrolera en Colombia. Ya que si esto es un evento coyuntural, en principio las compañías petroleras con tarea en el territorio nacional, sin perjuicio de buscar mayores eficiencias, no tendrían una afectación relevante en sus programas.
Pero, si este evento tiene a permanecer en el tiempo, a las compañías no les queda más camino que ajustar sus costos buscando mayores eficiencias, reduciendo gastos, e identificado y optimizando los rubros de inversión.
Es muy prematuro anticiparse a alguna conclusión. Pero si las causas a nivel internacional no cesan, afectará sin duda a la operación nacional, no quedando más camino que priorizar el desarrollo con el ajuste en los costos.
Hay que tener en cuenta que esta coyuntura en los precios puede tener un efecto, y es que cuando se optimizan costos y se reducen inversiones, al momento que la demanda aumente, se puede presentar un jalonamiento de la cotización, con una oferta sin la capacidad de reaccionar precisamente por el recorte en los costos de operación. Si la situación es coyuntural la operación en el país no se vería afectada, porque es pasajera.
Carlos Alberto Leal, Presidente Acipet
Esta situación internacional puede ser una etapa coyuntural y volátil, que si se alarga en el tiempo pueda afectar el normal desarrollo de la operación petrolera del país. Esto debido a que la mayoría de proyectos que se han gestionado para futuras vigencias lo hicieron con precios del barril que son casi el doble de lo que esta actualmente la cotización internacional.
Esto significa que las economías y puntos de equilibrio de la operación se afectan con la caída en los precios internacionales del crudo. Pero el llamado es a tener en cuenta las lecciones aprendidas del pasado, a seguir con la operación, pero optimizando los costos. Trabajar de una manera eficiente entre el sector (optimizando los gastos), el gobierno (agilizando los procesos de licenciamiento) y las comunidades (racionalicen su pretensiones económicas).
Con la caída de precios entre el 2015 y 2016, el sector petrolero del país prácticamente desaceleró. Esto llevó al cierre de empresas, despido de personas, y una contracción en la industria. Y a mediano y largo lazo se perdieron oportunidades de encontrar nuevas reservas, y el país entró en una etapa en la que no se entregó un solo bloque para desarrollo.
La caída en los precios del barril pueden frenar la reactivación petrolera en el tema de las inversiones, ya que todo depende de la cotización.
alfsua@eltiempo.com