Durante la última reunión de política monetaria del año, la Junta del Banco de la República mantuvo estable la tasa de interés en un 4,75 por ciento, a la espera del resultado final de la inflación y guardando munición para el 2018 en busca de ayudar a impulsar la débil economía.
Esta decisión va en línea con los pronósticos de los expertos, que habían proyectado estabilidad en el tipo referencial del banco emisor.
Dentro de los argumentos expuestos por la Junta Directiva del Banco, se destaca que considera, de acuerdo a la información disponible, que los efectos de los fuertes choques transitorios de oferta que desviaron la inflación anual de la meta se diluyeron, y como consecuencia se espera que los efectos de la indexación de precios y del aumento de los impuestos indirectos de comienzos del año se reduzcan y, con ello, la inflación.
El ministro de Hacienda señaló también que tras varias reducciones en la tasa, el margen para otro recorte es limitado, razón por la cual la junta del Emisor necesita tener más información antes de continuar con la política monetaria expansiva.
Así mismo el Emisor señaló que todavía el crecimiento de la economía está por debajo de su potencial, lo que se da como producto de una actividad económica débil. En este sentido se esperaría que la subutilización de la capacidad instalada de la economía se siga ampliando.
El Emisor ha recortado la tasa de interés en un total de 275 puntos básicos desde que inició el actual ciclo, en diciembre del año pasado, ubicando el indicador en su nivel más bajo desde agosto del 2015.
Los analistas estiman en promedio que el banco continuará con los recortes en los próximos meses hasta llevar la tasa a un 4,25 por ciento antes de finalizar el 2018, para impulsar la economía, que se expandiría este año cerca de 1,7 por ciento.