El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se vio obligado este martes a posponer a septiembre su asamblea, que se iba a celebrar entre el 18 y 22 de marzo en Barranquilla. Ante esto, el presidente de la institución, Luis Alberto Moreno, apuntó que fue la mejor decisión, que el único impacto será el cambio de fecha y que celebrar el evento en esa fecha permitirá desarrollar de mejor manera la conversación alrededor del coronavirus, el cual, según él, restaría este año al menos 0,6% o 0,7% del PIB de Latinoamérica.
¿Cómo se tomó la decisión de la asamblea?
Es lo mejor que pudimos hacer. A la hora de tomarla se tuvo en cuenta que, de hacer una asamblea que tiene unas enormes expectativas en Barranquilla, iba a estar deslucida por la cancelación de mucha gente. Ayer se declaró pandemia, y esto iba a inducir terror a una gran cantidad de conferencistas y delegaciones, que afirmaron que no iban a venir. Si hubiéramos forzado la reunión, habría estado deslucida y, Barranquilla, decepcionada.
¿Qué efectos va a tener la decisión de posponerla?
Esto no significa nada distinto a que cambió la fecha, y que nos va a dar más tiempo de entusiasmar a mucha más gente para que vaya, lo que no quiere decir que no estuviéramos muy bien preparados, pero hay muchas personas que, por conflictos de agenda, no podían venir y ahora sí lo harán.
(Aplazan asamblea anual del BID en Barranquilla).
Además, como viene la elección del próximo presidente del BID, va a haber mucho interés de los países. Lo que de otra manera hubieran sido dos asambleas, ahora se harán ambas en Barranquilla.
¿Cuál es el plan hasta septiembre para la organización?
Nosotros lo estuvimos hablando todo el tiempo con el presidente, Iván Duque, y estuvo de acuerdo de que era la mejor decisión. Lo que queremos es aprovechar este tiempo y vamos a tener muchos temas que se van a ir desarrollando en estos meses, como los efectos del coronavirus, los precios del petróleo, que van a tener enormes impactos en nuestras economías, así como temas de salud o los golpes económicos.
¿La agenda se mantendrá?
Totalmente, en términos de invitados y delegaciones, la presencia será la misma. Tuve la oportunidad de hablar con los conferencistas, todos entendieron la situación y aseguraron que se contará con ellos.
¿Cómo ve la economía de la región con este choque?
Nosotros hemos hecho todo tipo de escenarios, en el sentido de pensar qué pasa si llegada la primavera, se controla el virus y su capacidad de expansión, que dure hasta finales de marzo. Si eso es así, ya de todas formas hay un gran daño en la economía mundial, países como China van a sufrir los impactos y en vez de crecer al seis y poco por ciento, lo hará en un punto menos como mínimo, y eso en América Latina significa 0,6% o 0,7%menos de crecimiento. Eso sí, si esto se extiende, el efecto global será mayor.
(Barranquilla espera mil millones de dólares con la Asamblea del BID).
Pero también está el tema del ‘shock’ petrolero, del cual todavía no hemos visto todos sus efectos, pero tendrá como consecuencia que los productores de alto costo salen del mercado porque no pueden producir a pérdida. En este sentido, países como Colombia enfrentarán mayores presiones en tasa de cambio, déficit de cuenta corriente y otros aspectos.
¿Cómo van a competir los países como Colombia en este mercado petrolero?
Cuando lo que hay son precios más bajos, las naciones se ajustan y deben decidir si siguen produciendo a esos ritmos o guardan de su producción y esperan a que haya una normalización. Pero es una decisión que debe tomar cada país y empresa petrolera.
¿Cuál debe ser el papel de los empresarios ante esta pandemia internacional?
Yo creo que independientemente del virus, estamos en un momento en el que la sociedad espera mucho más de los empresarios, que sean más activos, más preocupados no solo de las utilidades, sino también de su entorno, y eso empieza a pasar en todo el mundo.
De hecho, ya hay una gran reflexión dentro de las compañías, en las que se quiere que se haga más por la humanidad, una presión que viene sobre todo de los más jóvenes, pero que se ha convertido en un tema central de la empresa privada, ver cómo mejorar su entorno porque es la mejor inversión que puede hacer.
¿Cómo va a estar orientada la gestión en los próximo meses del año?
Seguro que vamos a estar ocupados con todos los efectos del virus y los choques a la economía, y vamos a tener que aprender a trabajar de manera diferente, pues lo que se ve es que ya declarada la pandemia, la manera más segura de evitar que se expanda es de trabajar en lugares más reducidos, con temas como el teletrabajo, que son cosas que estamos mirando.
Y, por supuesto, definir cuál es la mejor respuesta que el BID puede darle a los países para atender las necesidades y los efectos negativos sobre la economía.
¿Qué balance hace de estos años al frente?
Lo que veo es que ante todo pudimos evolucionar a donde está el mundo hoy. En estos momentos se ha desatado una revolución digital impresionante, por lo que como banco abrazamos ese cambio tecnológico, primero al interior de la institución, desarrollando todos los instrumentos para poder trabajar, pero también, para acompañar a los países para que no se queden atrás en esta tendencia.
Después, está los avances en temas como el cambio climático, pues hoy la tercera parte de nuestros créditos están asociados a estos programas. Sumado a esto, cambiamos la parte del sector privado, capitalizando el BID Invest, pasando de tener US$200 millones a cerca de US$5.000 millones. Y entramos a trabajar mucho en seguridad ciudadana, en donde contamos con peores indicadores que en los años 80, y en todo lo relacionado con igualdad de género, discapacidad, e incorporar temas de cultura y deporte y vincularlos a temas de desarrollo.