El miércoles en la tarde y noche Bogotá vivió una agitada noche por cuenta de varios disturbios desatados por la muerte del abogado Javier Ordóñez, en un hecho de abuso policial en la localidad de Engativá.
(‘Covid-19 y actos vandálicos hacen que sea imposible la reactivación’).
Según los balances iniciales de pérdidas materiales, en las protestas se destruyeron 77 vehículos de transporte público, entre buses de TransMilenio y del Sitp; 53 CAI y se registraron saqueos en 5 bancos y, al menos, 6 almacenes de cadena, entre otras afectaciones.
(58 heridos por arma de fuego en disturbios de ayer en Bogotá: alcaldía).
Se calcula, por ejemplo, que la inversión en la adecuación de un CAI asciende a los 330 millones de pesos. Según datos de la Secretaría de Seguridad de la Administración Distrital anterior, este fue el monto que se utilizó en octubre de 2018 para la construcción de uno de estos espacios. En esa ocasión, se entregaron tres CAI en las localidades de Usme, Ciudad Bolívar y Kennedy, y su inversión total superó los mil millones de pesos. Lo quiere decir que habilitarlos nuevamente costaría unos 17.000 millones de pesos.
Por su parte, se estima que un articulado de TransMilenio a diésel con Euro V cuesta $4.608 millones, mientras que uno eléctrico podría llegar a $4.500 millones, sin contar con los daños causados en estaciones del sistema y buses del Sistema Integrado de Transporte Público. Todavía no se ha informado las características de cada uno de los buses destruidos.
(“Nadie dio orden de usar armas de fuego”, Claudia López).
Así mismo, Fenalco manifestó que al menos seis sedes de almacenes de cadenas fueron saqueadas y una prácticamente destruida, costos que aún no podrían determinarse hasta que se haga un inventario de pérdidas.
De igual forma, es muy pronto para establecer las afectaciones económicas que sufrirán los establecimientos comerciales como tiendas de barrio, panaderías, misceláneas, entre otros, que fueron blanco en los disturbios del miércoles en Bogotá.
Según Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá- Cundinamarca, no es justo que se ataque a la infraestructura pública y privada, ya que finalmente tendremos que pagar entre todos, de nuestros bolsillos.