Si con el actual consorcio constructor de Hidroituango no hay certeza que la megaobra inicie su operación en el segundo semestre del 2022 ya que no tiene los tiempos a su favor, menos con el posible cambio de los contratistas como lo contempla seriamente la administración de EPM.
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Así lo advierten gremios y academia, al afirmar que solo el proceso de empalme podría durar, en el mejor de los casos, de ocho a 12 meses, a diferencia de lo que sostienen el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, y los técnicos de EPM, que la tarea de recambio solo duraría pocos meses.
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El pronunciamiento más enfático lo hicieron las siete facultades de Ingeniería más importantes del departamento de Antioquia, las cuales llamaron tanto a la Alcaldía de la ciudad como a EPM a no poner en riesgo a la megaobra con un cambio de constructor, lo que de paso también pondría en juego la generación de energía para todo el país.
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Los académicos hicieron énfasis en los aspectos técnicos del proyecto (a un 15% de culminar obras), y advierten que con la llegada de un nuevo contratista atrasaría su inicio.
“Hay que apoyar a Hidroituango para sacarlo adelante, hay que evitarle retrasos, hay que salvarlo en el muy buen sentido de la palabra, porque los impactos caerán directamente sobre el sector energético”, señaló Adriana Villegas, decana de Ingeniería de la Universidad Cooperativa.
Por su parte los gremios también han expresado su preocupación ante un posible cambio de constructor, del cual se comenzó a hablar con el fallo de responsabilidad fiscal por $4,3 billones, dictado en primera instancia por la Contraloría General.
“El análisis de las autoridades de control no debe perder de vista las consecuencias que se pueden generar para el interés general, en el evento de que el proyecto se paralice o sufra retrasos, por cuenta de que los actuales contratistas sean objeto de medidas que afecten su capacidad para llevar a buen término la hidroeléctrica”, indicó la Cámara Colombiana de la Infraestructura, a través de un comunicado.
El gremio subraya que con el remplazo del constructor se presentaría “un retroceso colosal, dado que, en un proyecto de semejante envergadura, el cambio de contratista y la incorporación de uno nuevo, puede tomar meses e incluso años”.
Con un avance del 85% en el desarrollo del proyecto, a Hidroituango todavía le quedan obras claves y relevantes, las cuales en su mayoría solo se pueden adelantar previo otorgamiento de la licencia ambiental, y entre las que sobresalen la culminación de la casa de máquinas, las almenaras, túneles de aspiración, túnel de desviación derecho y la Galería Auxiliar de Desviación (GAD), este último cuya reparación tardaría entre tres a cinco meses.
Lo anterior sin contar que, aún no se ha entregado el peritaje de estabilidad geológica solicitado por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), uno de los requisitos inamovibles para otorgar el respectivo aval.
Así mismo, ante un posible cambio de constructor, aun no hay certeza de si el nuevo contratista tenga que presentar otro Estudio de Impacto Ambiental (EIA) ante la Anla, como ya lo manifestaron los gremios y analistas del sector.
“Por donde se mire habría retrasos en el inicio de la operación de la obra”, recalcó Alejandro Castañeda, director de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg).
La entrada de un nuevo contratista además de implicar el cambio de la mayoría de los 4.500 trabajadores que laboran en el complejo, también llevaría a inventariar cada una de las más de 320 unidades de maquinaria pesadas que tiene el constructor en la mega obra para ser remplazadas, a lo que se suma un desajuste en los tiempos del cronograma actual, en el que ya existen evidentes atrasos.