A principios de este año, Carlos Mario Ramírez, el director de la Adres (el banco de la Salud) anunció que con la inclusión de nuevas terapias al Plan Básico de Beneficios en Salud (PBS) se reducirían unos $700.000 millones en costos del llamado ‘no PBS’ o ‘no POS’, el fondo gubernamental del que se pagan los tratamientos que no cubren las EPS.
De hecho, ese fue el compromiso que hizo el Ministerio de Salud con el de Hacienda a cambio de que le girara más dinero para subir la Unidad de Pago por Capitación (UPC) en un 7,83% con el fin de que las EPS cubrieran los gastos que se les iban a originar.
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Sin embargo, el viernes Ramírez le reconoció a Portafolio algo que ya les había notificado a los actores del sistema pero que no había sido conocido públicamente: que ese ahorro no se logrará y por tanto, se pierde una posibilidad de alivio –aunque parcial– al déficit que arrastra el ‘no POS’ hace varios años y que es responsable de una deuda que en total oscilaría entre 8 y 14 billones de pesos.
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“Lo ‘no POS’ es el reto más grande del sistema en su conjunto porque es lo que crece de manera desbordada”, dice Ramírez, y dentro de esto destaca que eso es consecuencia sobre todo del precio de introducción de nuevas tecnologías.
Las cuentas del pretendido ahorro en el ‘no POS’ salían de considerar el efecto de meter 112 terapias y medicamentos en el PBS desde enero, pero solo se comenzó a ver en marzo; igualmente, de la reglamentación de los valores máximos de recobros por procedimientos ‘no PBS’ que debió aplicarse a principios de año también pero, por todo el trámite, solo se convirtió en resolución la semana pasada; igualmente, de la ampliación de la negociación centralizada de medicinas y la suscripción de acuerdos con las farmacéuticas para ajustar precios según resultados. Con todo esto, por cada 100 pesos que se invirtieran en dar mayor cobertura al ‘POS’ debía rebajarse por lo menos 50 en el gasto del ‘no POS’, según explica Ramírez.
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Sin embargo, “factores tales como la rápida reacción del mercado para mantener sus ingresos derivados de ventas, así como la demora en la transmisión de las medidas diseñadas para menguar el incremento en la demanda por medicamentos no incluidos en el PBS han afectado el cumplimiento del desafío propuesto”, escribe Ramírez en una carta que le envió al presidente de Acemi (el gremio de las principales EPS del régimen contributivo), Jaime Arias Ramírez, el 28 de junio.
Al ser preguntado por Portafolio, Arias destacó igualmente que el Mipres, la plataforma digital que creó el Minsalud para que los galenos registren las terapias ‘no POS’ prescritas sin necesidad de ir a un comité técnico para aprobarlas, buscaba racionalizar ese gasto, pero ese no ha sido el resultado. “Puede ser que los médicos formulan más o que los pacientes piden más”, añadió.
También contó que el origen de la misiva de la Adres fue una comunicación que le enviaron previamente al Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, los actores de la salud y Fenalco, presentándole la difícil situación, en busca de ayuda para generar liquidez.
TOCA DEPURAR CIFRAS
Tanto la Adres como el resto del sistema están de acuerdo en que es indispensable que el Gobierno asigne más recursos. Sin embargo, las cifras del déficit no coinciden.
Para Arias, como van las cosas, el gasto del ‘no PBS’ este año ascendería a $5,5 billones y teniendo en cuenta que la administración Santos ha asignado $2,8 billones para ese fin en el presente año, el monto por cubrir serían $2,7 billones, muy superior al saldo en rojo que ha arrastrado año por año –1,5 a 2 billones de pesos–.
No obstante, en la carta mencionada, Ramírez le riposta que, de acuerdo con sus cálculos, la cifra correcta de recobros corresponde a la mitad de lo antes anotado y en ese sentido, el saldo en rojo –que debía bajar– por lo menos se mantendría estable. Esto si se resta lo que no ha sido radicado ante el Adres, lo que ha sido glosado (objetado) o está en discusión y el monto de demandas, sus intereses y costas judiciales. También, si se saca lo de periodos previos, tomando como corte diciembre del 2017.
Otro cálculo al respecto, también de la Adres, toma como base los $367.000 millones que en promedio facturan las EPS por ‘no POS’, o sea $4,4 billones anuales; sin embargo, habría que restarles glosas por un 20%.
“El rebajar esas cifras es un compromiso de todos, porque, por ejemplo, si se incluyeron las últimas moléculas para el cáncer en el PBS se esperaría que lleguen nuevas moléculas solo a los dos años. Lo que vamos a tener es que repensar es si vale la pena inclusiones en el POS o no”, sentenció Ramírez.
Un elemento que agrava la situación es la demora en los desembolsos, porque generan un círculo vicioso, pues si el giro del Minhacienda se rezaga, también lo hacen los traslados del Adres a las EPS, de estas a las IPS y a la vez a los proveedores que no reciben sus pagos dejan de entregar medicamentos y servicios. La consecuencia es el aumento de las quejas por desatención de los pacientes, según explicó Gilberto Quinche, gerente del Grupo Coomeva, al que pertenece la EPS del mismo nombre, y que encendió las alarmas en la última semana.
Debido a quejas y problemas de funcionamiento, esa EPS está en vigilancia especial de la Superintendencia de Salud desde diciembre del 2016 y pasa por un saneamiento de su operación. “Dentro de ese plan, hemos venido concentrándonos: hace cuatro año estábamos en mil municipios; entregamos 700 en el 2016 y en septiembre del año pasado, otros 200, con lo cual hoy estamos en 111 sitios donde creemos que sí podemos garantizar la prestación del servicio”, añadió Quinche. Actualmente posee 2,4 millones de afiliados y la meta es retornar a los 2,9 millones de antes de la medida de emergencia.
Tanto Arias como Quinche reconocen los esfuerzos del Adres pero llaman la atención sobre la necesidad de que el Minhacienda le dé fluidez de caja al sistema de salud. De hecho, de lo prometido hasta ahora esa cartera solo ha desembolsado 800.000 millones y la Adres está a la espera de 330.000 millones que presupuestaba pagar en julio.
Ahora, el cambio de gobierno y lo que demore la administración Duque en alcanzar ritmo plantean una nueva incertidumbre.