Actualmente, el país ha comenzado a observar la ciencia, tecnología e innovación (CTI) desde otra perspectiva que se demuestra con la reactivación de la comisión de sabios, la transformación de Colciencias a Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI), incrementar las inversiones en actividades de ciencia, tecnología e innovación (ACTI) en 1,5% como porcentaje del producto interno bruto (PIB) y analizar cuál es el rol y el aporte de la CTI desde la política pública para resolver y fortalecer los problemas de la sociedad basado en el conocimiento.
Estas iniciativas son importantes, en la medida que los países que logran mejores resultados en crecimiento y desarrollo han logrado transformaciones importantes basadas en la CTI que le permiten al sistema productivo reinventarse de manera continua con nuevos procesos, productos y servicios que es una práctica desde la pequeña hasta la gran empresa, que están en una búsqueda permanente de nuevas posibilidades para mejorar o desarrollar elementos que satisfagan las necesidades cambiantes de los clientes en un mundo global. Es así, como muchos países priorizan la inversión en ACTI superando el 2% del producto interno bruto (como es el caso de los países OECD) y obteniendo utilidades por la venta y comercialización de nuevo conocimiento que aporta al crecimiento y desarrollo del país.
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Sin embargo, a pesar que el país comienza a realizar acciones para priorizar la CTI es necesario analizar las tendencias de los indicadores de inversión en ACTI que se han realizado en Colombia en los último años y teniendo en cuenta que la generación de conocimiento requiere de recursos para poder lograr nuevas tecnologías e innovación y la meta que tiene el gobierno en este tipo de inversiones.
A partir de las cifras oficiales de inversión en ACTI que reporta el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OCyT) en el libro de indicadores 2018, evidencian que desde el año 2011 este indicador comienza a incrementarse y el año con mayor inversión es el año 2013 donde la cifra fue 0,75% como porcentaje del PIB debido a la inclusión de recursos de CTI en el sistema general de regalías y en los siguientes años la cifras comienzan a disminuir. Es así, como el último dato reportada para el año 2018 de la inversión en ACTI es del 0,61% como porcentaje del PIB. Los sectores que más aportan a este indicador son las empresas (51,94% de la inversión en ACTI) y el sector público como presupuesto general de la nación y regalías (22,34% de la inversión ACTI).
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En este contexto, cómo se podría explicar el descenso de este indicador clave para el país: podrían darse varias razones como la actualización de las cifras y métodos de cálculo del PIB a año base 2015, la baja ejecución de la inversión ACTI del sector público tanto en el presupuesto general de la nación y regalías, el sector empresarial a partir de las cifras que reportan las encuestas de innovación y desarrollo tecnológico evidencian una baja de las cifras de inversión ACTI tanto en servicios como industria, las instituciones de educación superior también disminuyeron estas cifras pero se debe resaltar que han enfocado sus inversiones en actividades de investigación y desarrollo experimental y los demás sectores también evidencian una contracción en sus inversiones en ACTI.
Con estas tendencias, es importante que se tomen medidas para poder lograr la meta del gobierno actual, que implican fortalecer el cálculo del indicador teniendo en cuenta los lineamientos del Manual de Frascati (2015) especialmente en el sector empresarial y regional del país que requieren claridad frente a los conceptos de inversión en ACTI especialmente por los ejecutores de estas inversiones; un análisis detallado y exhaustivo de los responsables de la CTI en el país que pueda determinar acciones concretas a corto, mediano y largo plazo para incentivar la inversión en todos los sectores; que los responsables del política en CTI se interesen por conocer estas cifras, den cuentas sobre su comportamiento y acciones para lograr la meta y lograr comprender que si Colombia quiere ser un país que genere conocimiento, tecnología e innovación son necesarias altas inversiones en el marco de una política en CTI a largo plazo con acciones y resultados concretos que permitan crecimiento y desarrollo productivo en el país.
Estos resultados también demuestran que los hacedores de política y tomadores de decisiones en temas de CTI pueden tener la intención de cumplir la meta del gobierno, pero la tendencia de las cifras muestran que será muy difícil poder cumplirla sólo con iniciativas aisladas y sin conocer el comportamiento y las causas de la tendencia del indicador a lo largo de los años, las inversiones que se requieren, en que sectores se deben orientar las inversiones en ACTI con sus respectivas fuentes y los beneficios reales y potenciales que se obtendrán de las mismas y como se materializan en pro de una generación basada en conocimiento.
Clara Inés Pardo Martínez,
PhD, Profesora Titular de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.