Que la suma de importaciones y exportaciones respecto al PIB de Colombia se encuentre cercano al 35% desde 1960 -por lo menos hasta 2015-, que el país use pocos insumos internacionales en sus exportaciones, con una baja inserción en las cadenas globales de valor (CGV), y que aunque el promedio arancelario es relativamente bajo (cercano al 8%) sigue siendo más alto que el de los vecinos, son algunos puntos claves que permiten establecer que al mercado nacional aún le falta en materia de valor agregado y apertura internacional, de acuerdo con una investigación publicada por el Banco de la República.
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Juan José Echavarría, Iader Giraldo y Fernando Jaramillo, autores del estudio ‘Cadenas globales de valor, crecimiento y protección arancelaria en Colombia’, compartido por el Emisor, destacan que la suma de las exportaciones e importaciones como porcentaje del PIB en Colombia, es menor a la de sus vecinos de la Alianza del Pacífico.
Basándose en el período 2000-2014, esa cifra fue de 68% para Chile, 56% en el caso de México y 45% para Perú, en tanto que en Colombia llegó al 35%.
“Nuestro país exporta poco e importa poco y, lo que es más sorprendente, la relación entre esas variables y el PIB se ha mantenido relativamente constante en el tiempo; ello también sucede para períodos más prolongados como 1960-2015”, apuntan.
En principio, una de las causas que se explican es que, aunque el arancel promedio descendió a partir de los noventa y se mantuvo bajo en décadas siguientes, la dispersión de este impuesto ha incrementado a niveles más altos a comparación de principios de la menciona década.
Agregan que, por ejemplo, el arancel agrícola es “especialmente alto y disperso -en Colombia- cuando se compara con países exitosos en ese sector, lo que podría ser una de las razones para el bajo movimiento de esta industria el comercio externo del país”.
Sobre el mercado de la agricultura, añaden que su participación en el PIB es muy pequeña en los cuatro países de la Alianza (cercano a 6% en Colombia y Perú, y a 3% en Chile y México). En tanto que la participación de la manufactura “es mayor en México (alrededor de 18%), y relativamente similar en Perú (15,7% en 2012), Colombia (13,5%) y Chile (11,8%)”.
POCO VALOR AGREGADO
Y ya con base en datos de la ONU y la OCDE, entre otras organizaciones, se observa que al momento de exportar, el país utiliza pocos insumos internacionales, lo que significa una baja participación en las CGV.
Mientras en territorios como Luxemburgo, Hungría, Eslovaquia y República Checa, entre otros, el valor agregado de sus despachos al exterior se encuentra por encima del 40% de productos, e incluso en zonas de la región como México, Costa Rica y Chile el índice está entre 20% y 30%, en el país solo es de un 8%.
Y al abarcar las causas, para los autores esto no solo obedece a que el petróleo tenga una alta participación en las ventas externas colombianas, sino también a que existe un alto nivel de proteccionismo y una premisa “que sostiene que el país puede (y debe) producir todo tipo de bienes en forma “eficiente” en las llamadas cadenas nacionales de valor”.
Para dar una dimensión sobre la importancia de que los productos que se comercializan al mundo tengan un factor diferencial, uno de los ejemplos concretos pasa por la participación de siete países (China, India, Indonesia, Tailandia, Turquía, Polonia y Corea del Sur) en la producción mundial de manufacturas, que incrementó en cerca de 20 puntos porcentuales durante las últimas décadas.
“Una estrategia en la cual se privilegia la calificación de los trabajadores, un clima de negocios propicio, un ambiente impositivo favorable, reglas de juego claras y estables y niveles de protección arancelaria y para-arancelaria relativamente bajos y homogéneos”, dicen los autores, son algunas de las causas de este éxito. Y, en este sentido, dichas prácticas podrían ser replicadas por Colombia para potenciar su sector externo.
PROPUESTAS
Tras el análisis, una de las grandes conclusiones es que lo que necesita el comercio exterior de Colombia va en torno a un arancel relativamente bajo y homogéneo, “como el que hoy día mantienen Chile y Perú”; este tipo de medidas podría tener un impacto positivo en las exportaciones, el PIB y el recaudo gubernamental de acuerdo con la investigación.
Se agrega que el éxito de algunas economías -que en mayor parte son asiáticas- en el comercio tiene su razón de ser a que se han sabido adaptar a una nueva industrialización; “en el nuevo escenario las multinacionales prestan en lugar de transferir tecnología, la producción de manufacturas puede generarse más rápidamente”, ejemplifica el informe.
Y retomando el tema arancelario analizado a nivel global, la conclusión es que “la mayoría de países del mundo ha reducido sustancialmente el nivel y la dispersión del arancel durante las últimas décadas, un fenómeno que para algunos guarda relación con la dinámica reciente del comercio internacional y con la inserción exitosa de varios países emergentes en las llamadas cadenas globales de valor”.
“Los países que comercian y que se han insertado en dichas cadenas incrementaron su participación en el PIB mundial y se industrializaron en mayor medida que los demás”.
Una política arancelaria menos dispersa y una mayor conciencia del valor agregado siguen siendo ‘grandes deudas’ del comercio exterior colombiano.